voy entre las tinieblas, como un ciego y perdido,
ay de mi, temo el fin y es muy cruel, desolador...
mi corazón no late, es un vacío oprimido,
presa del miedo, que es un monstruo devorador
.
cuando tenía el alma cual ave enamorada,
el bien acontecía y nunca esta soledad;
ahora es como un ánima que desconsolada,
llora y llora en los brasos de la ingrata impiedad
.
mientras unos lamentan los perdidos amores
otros ni se dan cuenta que corre en derredor;
cual los pueblos fantasmas tienen sus pobladores
que no son más que espectros transidos de dolor
.
voy entre las tinieblas del más sufrido amante,
yo, convertido en paria que antes fuera galán
no tengo aquellas ansias que cual flujo anhelante
llevaban al querer con un amoroso afán
.
ni muerte ni suicidio me parecen peores
al desgarro fatal que provoca el desamor;
al saber que en suicidio o en muerte no hay temores,
mas en falta de amor basa su don, el terror
.