¿En verdad hay algo que celebrar hoy?

Después de lo bien que nos la metió Gallardón, y  ni nos quejamos, o un poquito sólo, eh? Porque, en verdad  ¿qué hicimos para que nos siguieran violando así nuestros derechos? Nada que les hiciera retroceder, y había de qué. 
Porque sí, era un derecho. Y cada una podía ejercerlo como mejor quisiera. Pero entró y pasó como con vaselina.En lugar de hacer entradas con fotos bonitas, quejarnos de los países lejanos a los nuestros... de los derechos desposeídos de muchas mujeres en el planeta entero...Empecemos a barrer en nuestra propia casa lo que no nos gusta en las ajenas, porque a este paso, cualquier día, si ya bien los Obispos nos ven con la pata quebrada y en casa, otro día podría ser el burka, y otro quien sabe... Por ser mujer, sé de mi imperfección. Como también sé lo que me merezco y lo que no. Lo que he sido y soy hoy capaz de aceptar. Sé de mi evolución, de mi pelea diaria, de mis rutinas, de mis hormonas y mi locura, de mi hipersensibilidad, de mi crueldad cuando me hieren y de mi capacidad de agradecerle a todos los Adanes que han dado la cara por mí, y me han respetado pese a ser quien soy, de los que me han hecho alcanzar el séptimo cielo,  la suerte que tuve por haber salido de una de sus costillas.
Sin más.
Es un día más, y por eso, voy a seguir besando a la vida, por haberme dejado la suerte de ser MUJER, aunque como tantas muchas, casi me haya muerto o hayan intentado matarme en el intento.