Magazine

Encantos productivos de los cafés sin enchufe ni conexión WIFI

Publicado el 03 diciembre 2010 por Valedeoro @valedeoro

Encantos productivos de los cafés sin enchufe ni conexión WIFI

personas trabajando en un caféEstoy sentada en mi café favorito en Barcelona. En el fondo suena música clásica, sirven té verde excelente. El espacio es amplio y por las mañanas bastante vacío, así que hay tranquilidad para pensar, para reflexionar, para escribir. Y lo más importante: no estoy conectada a internet.

El café sí tiene el servicio de Wifi, pero no hay enchufes. Entonces para poder aprovechar al máximo mi batería es mejor apagar el WIFI y sólo conectarme si realmente necesito verificar alguna información. No vale la pena dejarlo encendido por si acaso llega un email. Por si acaso un amigo aparece en el gchat. Por si acaso aparece un nuevo post en mi RSS reader. Por si acaso algún tweet llama mi atención.

Claro, también podría apagar internet en mi casa. Podría. Pero la tentación sigue. No pasa nada si rapidito miro solo un poquitín si ha pasado algo en el mundillo online (nota: si empiezas a buscar razones en diminutivo, entonces ya estás intentando de engañarte a ti mismo). Y tampoco quiero pasarme la mañana argumentando conmigo misma por qué sí o por qué no podría, debería o quería distraerme con otras cosas que con mis tres prioridades del día.

El lema del minimalismo es reducir las interrupciones externas al mínimo para poder concentrarte en lo que realmente te importa. O te hace avanzar. Porque no nos engañemos. Solo por ser minimalista no significa que haga todo el día las cosas que me gustan. Hago cosas que me acercan más a mi pasión. Pero indudablemente habrá pasos en el camino que no me dan puro placer, pero que son necesarios para llegar a mi meta.

Así que, también cómo minimalista, tengo que recurrir a métodos y trucos para terminar rápido las tareas que no me molan tanto para poder pasar rápidamente a lo que más me apasiona. Y como me encanta discutir, tengo que evitar situaciones donde valga la pena discutir conmigo misma (“Si le veo al twitter 5 minutos no pasa nada. Y a lo mejor encuentro un post interesante que me inspira. Y si no por lo menos sé que no me perdí nada.” – “Pues, no. Aquí no hay enchufe, así que tienes 2h30 min para terminar esta tarea. Si lo terminas antes, pues mirarás twitter. Sino, pues no. A trabajar.”) Hay veces que la ausencia de un enchufe es más fuerte que cualquier argumento interno.

¿Será que tengo poca fuerza de voluntad? No lo sé. Sé que los programas como MacFreedom que te cortan artificialmente el acceso a internet no me ayudan. Necesito físicamente estar incapaz de poder acceder a la red. Claro que también consigo trabajar con internet conectado. Pero me toma más tiempo y más energía. Trabajo mejor si me puedo concentrar en una sola cosa, sin distracciones. Y como me conozco bastante bien como para reconocerlo, ajusto el entorno a mis necesidades. Otra ventaja de ser el dueño no solo de mi tiempo, sino también de mi espacio.

Por cierto, parece que se atribuye demasiado poder a la fuerza de voluntad, porque requiere un esfuerzo continuo y en el fondo los humanos no estamos hechos para hacer esfuerzos continuos. Así que este café ya tiene una cliente fiel para sus tés verdes de altísima calidad.

—-
Foto: thefourelements / flickr


Volver a la Portada de Logo Paperblog