¡Hola, mundo!
A veces nos esforzamos tanto por encontrar ése camino que se supone que es nuestro porque sus adoquines están pintados de un color que nos gusta, alrededor tiene el paisaje que siempre quisimos ver, huele a lo que siempre hemos querido oler y suena esa música favorita nuestra, que se nos olvida que esa expresión de "encuentra tu camino" no es más que eso, una expresión, y que la clave está en abrirte paso (a ser posible poco a poco y no a codazos) a través de la gente y de los acontecimientos; y no en que ese camino sea nuestro porque está lleno de cosas que nos agradan y nos hacen esta puñetera vida más fácil. ¿Qué pensáis que va a suceder el día que déis con vuestro camino? ¿Que todo acabe ahí? ¿Que todo sea perfecto? No, queridos. Los caminos están ahí para andarlos, y podemos aproximarnos a un camino que nos lleve a una meta que, por unas cosas o por otras, creamos que es la meta que queremos alcanzar, pero no basta con encontrar el camino, hay que andarlo, patearlo, volver sobre nuestros pasos a veces, recoger mucha mierda a lo largo de todo él y salvar muchos obstáculos, preñando nuestra cabeza de recuerdos y nuestro corazón de aprendizajes (o al revés).
Te deseo una feliz búsqueda de tu camino, así como yo espero encontrar el mío. Si no fuera porque me da un miedo terrible al "qué pasará cuándo", podría decir que estoy hasta emocionada (y eso justifica que escriba a estas horas cosas que no entenderé mañana).
Buenas noches.
Pst, pst... ¿Sabes que hay un nuevo artículo mío en ACHTUNGmag? Échale un ojo :)