[ Los investigadores usaron un virus para introducir un gen directamente en el cerebro de un promiscuo ratón de los pantanos. El gen hizo el milagro y el travieso ratoncito se volvió tan fiel y amoroso como su primo, el ratón de las praderas.
Menos del 5% de los mamíferos son habitualmente monógamos. Los ratones de pradera están dentro de ese selecto grupo.
En un artículo publicado en la revista Nature, los científicos a cargo del proyecto dicen que este experimento puede conducir a un mayor entendimiento de cómo los humanos controlan su conducta en sociedad.
En estudios previos se había descubierto que una hormona llamada vasopresina ayuda a fortalecer los lazos monogámicos.
"De hecho, hace que los ratones piensen: cuando estoy con esta compañera me siento bien. Y de ahí en adelante desean pasar más tiempo con esa compañera en particular".]