Cuando el tiempo se detiene en un instante y se abre tu sonrisa, en el cielo, los Ángeles sobre Berlín despliegan sus alas.
Siempre te imaginé así, con esos hoyuelos, recorriendo tus mejillas cuando sonríes.
Con esa generosidad y esa carita de niño bueno.
Si te quiero es porque eres un gran hombre, y porque siempre estuviste ahí, cerquita en la distancia y apoyándome y leyéndome, y también porque a pesar de la sorpresa con la que me visitó el destino nunca me juzgaste.
Si te admiro es por ser como eres, por pasearte por Madrid con garbo a pesar del dolor de la pierna y venir a verme, y porque sé que nos quedaránaún algunas copas por tomar en los Tipos Infames.
Y también porque desde un principio cuando abrí este blog en 2008 descubrí en esosÁngeles tuyos un respiro y un alimento frente a la mediocridad.
Espero que esos ángeles sigan revoloteando siempre entre tus venas, y que nadie te arranque nunca esa bella sonrisa.
Yo también te quiero más desde que te conocí.