Ingredientes para cuatro personas
12 endibias 75 gr de queso roquefort 2 cucharadas de harina 50 gr de mantequilla 250 cl de leche Una c/c de semillas de cilantro Una c/c de granos de pimienta negra ½ c/c de nuez moscada Una cucharada de nueces picadas Un vasito de brandy Sal
- Cortamos un trocito de la parte del tallo de las endibias, (que es lo que más amarga) y quitamos las hojas exteriores. Cortamos longitudinalmente en dos las endibias y las hervimos al vapor durante diez minutos. Retiramos, escurrimos y reservamos. (Deben quedar lo más secas posible.)
- En un cazo, y a fuego suave, ponemos el queso roquefort, lo aplastamos bien con un tenedor hasta que vaya fundiendo, y añadimos poco a poco el brandy, removiendo bien para conseguir una crema suave.
- Ponemos una cucharadita de esta crema sobre cada mitad de las endibias, uniéndolas a continuación y colocándolas en una fuente refractaria. Reservamos.
- En una sartén ponemos la mantequilla a fuego bajo y cuando haya fundido añadimos la harina, removiendo bien, y dejamos que se haga durante unos minutos para que pierda el sabor a crudo pero cuidando que no se queme.
- Vamos agregando la leche hirviendo, removiendo siempre para que no se hagan grumos; la cantidad de leche dependerá de la consistencia que deseemos para la bechamel. En este caso deberá quedar ligera pero no demasiado líquida.
- Añadimos las especias bien trituradas y las nueces picadas, salamos con cuidado (recuerde que el roquefort ya lleva sal y su sabor fuerte no precisa de mucho más condimento) y mezclamos bien.
- Finalmente, cuando ya tengamos nuestra bechamel a punto (será cuando se despegue sola de la sartén) la volcamos sobre las endibias y las llevamos al horno, que tendremos ya precalentado a unos 180º, y dejamos unos diez minutos, pasados los cuales gratinamos hasta que la bechamel coja un bonito color tostado, pero sin permitir que se queme.
- Servir inmediatamente.