La genialidad de Jardiel Poncela sigue a prueba de bombas a pesar de las décadas transcurridas. En esta obra comenta, con su peculiar estilo, varios casos similares a los que Conan Doyle gestase. El narrador se convierte en un peculiar Watson que ayuda, en lo posible, a su jefe a resolver todo tipo de casos.
La parodia es bastante potente y el estilo del escritor gana varios enteros al no caer nunca en lo ofensivo sino en el humor más blanco y puro. Se lee de un tirón y es ideal para niños así que poco más os podemos comentar sobre esta obra. Recomendable.