(Igual que escapa hoy,
entre brumas,
la ciudad ante la vista inquieta…)
Son tus brazos esta niebla que me devora y ocupa todo.
Y me sumerjo en ella,
de la misma forma
en que a veces tú
te sumerges y diluyes en mi carne.
Me transformas,
si,
en océano inabarcable
que se escapa entre tus dedos.
Y soy grano que se desgrana...