Es como los yogures. Antes optabas por el natural o el de sabor de fresa. Ahora la llevas clara. Te tiras como mínimo 10 minutos en el hipermercado decidiendo si el yogurcete del nene es azucarado, es griego (¿?), lleva bífidus activo, tiene el dichoso Omega 3 o te quedas con el de trocitos de melocotón desnatado. Buff. Es la diversidad de tenerlo absolutamente todo y, al final, de no tener absolutamente nada claro. De ahí mi dolor de cabeza ahora mismo. Y yo sin reposacabezas...
Entre coches y yogures
Publicado el 12 septiembre 2010 por NafuenteEs como los yogures. Antes optabas por el natural o el de sabor de fresa. Ahora la llevas clara. Te tiras como mínimo 10 minutos en el hipermercado decidiendo si el yogurcete del nene es azucarado, es griego (¿?), lleva bífidus activo, tiene el dichoso Omega 3 o te quedas con el de trocitos de melocotón desnatado. Buff. Es la diversidad de tenerlo absolutamente todo y, al final, de no tener absolutamente nada claro. De ahí mi dolor de cabeza ahora mismo. Y yo sin reposacabezas...