Aire fresco: adios al viejo régimen
Un vistazo a las portadas de los principales diarios españoles nos dejan una imagen de incógnita sobre lo sucedido ayer. La palabra "fracaso" se ha hecho patente en los titulares de La Razón, El Mundo y Expansión, mientras que en otros medios el resultado es una aimagen de impotencia representada en las masivas manifestaciones que se produjeron en las principales ciudades españolas.
No se puede perder la orientación que produce una sociedad en crisis desde hace ya más de cinco años. Cinco años en los que las reformas, ajustes y "decretazos" han sido el argumentario de los incompetentes políticos que se ofrecieron para cambiar la situación. Ser político es "ofrecerse" como gestor capaz de solventar los problemas que tiene la sociedad. No nos debemos engañar, ser elegido en unas elecciones no otorga ya el privilegio de la acción, se debe demostrar que están capacitados para ello.
No debemos olvidar que somos como una obra de teatro con diez mil representaciones. Hay que hacer un "reset", renovar ideas, formas, métodos, diseños de comunicación; aprovechar las nuevas tecnologías, echarle un poco más de imaginación...
Esta situación conlleva la renovación del "ejército" de políticos que mantenemos. Políticos que, pueden decirme, que representan la veteranía, la experiencia... pero no debemos caer en la reflexión más parca, hay que profundizar en lo que reclama la sociedad de un nuevo siglo. Juventud, imaginación, capacidad. Tres palabras que no por su inexperiencia deben ser tenidas en cuenta. Formamos jóvenes para que tengan la posibilidad de dirigir la sociedad. Es a ellos a quien corresponde llevar la batuta. No por que tengan sólo ideas utópicas, sino por esa capacidad de procesar los sucesos que les permiten afrontar los problemas con una mayor frescura. Aire fresco es lo que necesita esta sociedad: adios al viejo régimen.