Poema dodecasílabo de siete versos con una estructura peculiar.Trata de apartar esas barreras sociales que nos impiden ser nosotros mismos. Un poema melancólico, pero con tintes esperanzadores.Entre esas cosas que dices y que callas.
Deja que las palabras vuelen y abracen el miedo que las condenan al silencio.Deja que el viento sea el que ponga el precioy las lleve a los corazones que laten.
Deja ya de tener miedo a hacerte viejo y que la juventud parta sin temores. Deja que la ventura eche los dolores, lo que no consiguieron viejos consejos.
Deja fuera a los demás, dicen qué vale,que no te impongan de qué manera actuar.Deja los malos y los buenos modales,ordenémoslos nosotros, sin pensar.
Deja que la mente escriba lo que encuentraentre esas cosas que dices y que callas.Deja de pedir tiempo para ‘ser’, mientrashuyes por no avanzar, si faltan agallas.
Deja de creer en un mundo ficticio,si las alas que te permiten volar, dejan de servir, si saltas al vacíoen el que tú estás condenado a vagar.
Deja de querer ser único, no existe;de valorar los logros por lo que diste. Deja ya de ser tu mayor enemigo,de buscar el modo de ser el ombligo.
Deja el pasado, si miras al futuro.Sé que no hay mentira sin el golpe duro.Deja el amor, viene sin miedo a la huida,que vida sin amor: vida de un suicida.