vivía bien era normal…Dicen que fue sin avisarno saben bien, nunca sabrán
que se fue marchitando
su jardín de flores
Y no saben bien
que las tardes de invierno
lo cuentan con sus colores
Dicen que se fue, perdida otra vez
perdida por amar, vencida por la sed
que solo sacia el mar
Dicen que fue buscando
y que logró encontrar
un lugar donde ser,
espuma viento y sal.
Como me recordaba a la canción de Perdida de Malú. Llevaba varios días buscándola no conseguía encontrarla, aunque sabía que sitios y zonas frecuentaba seguramente se ocultaba al oír cualquier ruido que la sobresaltara. Podía estar apenas a dos metros de ella y no verla, se mimetizaba, minimizaba, se confundía con el paisaje o detrás de alguna roca, podía pasarse días en silencio sin moverse en el mismo lugar hasta que se confundía con el paisaje.
Si alguien había intentado romper su caparazón o despojarla de su disfraz se habría vuelto a perder, a escapar o a enterrarse en algún agujero, o se habría apresurado a volver a su madriguera en un hueco de un árbol.
La busque intentando no asustarla si estuviera cerca, empezaba a conocerla bien incluso a entenderla que era lo más difícil, hubo un tiempo muy lejano que la conocí paseando con sus amigas y amigos, con aquella carita sonriente, era original, valiente, le gustaba ponerse al calor del sol, hasta disfrutaba de las noches de luna en algún claro, después se fue quedando sola no se bien aún porque ni quizás nunca lo sabré, ella no me lo va a explicar. pero en las pocas y raras ocasiones que se muestra fuera de su coraza, con sus pocos gestos puedo atisbar que alguien golpeo demasiado fuerte su frágil pero a la vez duro caparazón, otros jugaron con ella como si de un bicho raro se tratara, o la sacudieron demasiado fuerte para saber que podía haber dentro, más de una vez la desviaron de sus caminos y rutas por burlas o de una patada, o sólo por hacer daño, interés o ignorancia. O quien sabe que pudo pasarle, lo único que se del cierto es que su soledad la mata, la compañía la aterroriza, que vive en su propio, pequeño y particular habitat, huyendo de todo y de todos esquivando cualquier daño mas. Pocas veces se deja ver como es en realidad, si yo tuviera que hacer balance diría que en esas raras ocasiones en un sesenta por ciento de las veces, todo y pudiendo verla muchos ni se han dado cuenta que tras esa tímida sonrisa quizás esconda sus lágrimas.
Quizás ya ni la conozcan los que la vieron crecer, o quien sabe si ellos fueron o son los que mas la ayudaron a caer, yo intento cada día un ratito acércame a ella, le llevo alguna hojita o flor o sólo le pregunto “¿Cómo estás?”. A veces asoma tímida detrás de una roca, o del tronco de un árbol, otras sale cautelosa de debajo del agua. Pocas veces la he visto explorando o paseando mas allá de lo conocido, eso se quedo muy atrás en el tiempo, su coraje, su chispa, se perdieron como ella misma. Algo ha debido pasarle estos días, no se bien que ni cuando, me ha vuelto a desaparecer de la vista, que necesitara hablarlo de alguna manera para que no sea un nuevo efecto de veneno retardado que le convierta este verano en invierno de nuevo, aletargándose en su refugio del árbol o buscando uno mas recóndito, oculto, donde dormir sin llorar ese veneno amargo, temo que un día en uno de esas intoxicaciones se quede dormida y no pueda ya nunca despertar.
La volví a encontrar escondida tras su roca preferida, mimetizada totalmente con el paisaje pasando totalmente inadvertida, como si fuera una silla, mesa o mueble en un salón, o una brizna de hierba, rama caída, piedra cualquiera en el bosque. me acerque con mucho cuidado a ella, no quería mostrarme la cara ni salir de su coraza, la roce con cariño muy suave, con la yema de mi dedo en su espalda, le hable bajito sin sobresaltos, ni golpes de voz, tranquilamente. _por favor sal, háblame, ¿Como estás?.
Por un momento la vi levantar un poco la cabeza dentro de su caperuza, estirar algo sus extremidades, seguí hablándole tratándola con cuidado, hasta que asomo su cabeza y me pareció ver asomar brillos de agua en sus ojos, en aquel momento paso algo o alguien cerca veloz se volvió a quedar quieta, a esconderse hasta que pasará lo que fuera que ella se sintiera amenazada. Me quede allí a su lado sin moverme y a los minutos como agradeciendo mi presencia empezó a dejarse ver, no me engañaba su carita sonriente sabía que estaba herida, algo la había sacudido fuerte, estaba magullada herida internamente pero yo no podía verlo bajo su coraza. Le tendí mi mano y muy despacio ella deposito una de las suyas, me alegre que pudiera contar conmigo no tenía a nadie mas que supiera llegarle, ni los que durante años fueron sus compañeros y compañeras de viaje sabían nada de ella, si había confiado en algún extraño quizás fue mas fácil que con los conocidos. Pero algo la había sacudido.
La fui acompañando hasta su refugio en el hueco de aquel árbol, lucía una esplendorosa mañana quizás un poco cálida, pero la luz de los rayos del sol creaban bonitos haces de luces de todos los colores entre aquellos árboles, yo sabía que para ella eso ahora no era nada, había vuelto a la noche cerrada, solo quería ocultarse de todas las miradas, dormir su letargo purgar el veneno que le hubieran dado, o curar la patada que hubiera recibido, temía por ella pero sabía que cada día estaría delante de su árbol de guardiana si ella quería salir le prestaría mi mano. que fácil para mi era entenderla ahora y saber el porque de sus cosas, como se sentía, yo también paseaba y me escondía en el mismo bosque huyendo de todas las heridas, daños y compañías humanas .
Entre las rocas.
Umbra junio 2013.