Entre publicar o ser escogido...

Publicado el 01 octubre 2011 por Blancamiosi

Isabell Allende


Ahora no hay obstáculos para publicar, pues conla tecnología llevada a la edición que ofrece Kindle, cualquiera puede hacerlo. Claro que antes también cualquiera podíahacerlo a través de ciertas páginas de pago como Lulu, Bubok o tantaseditoriales de autopublicación como existen en la red. O a través de laspropias páginas webs de los autores, quienes ofrecen sus obras a bajo precio yhasta gratis. Por supuesto, me estoy refiriendo a los autores que no hanlogrado ingresar al tan ansiado mundo editorial.
Pero aún en el caso de aquellos que, como yo,han logrado publicar por la vía regular, el panorama no es muy halagüeño.  Un libro tiene una vida muy corta una vez salea la venta aunque la distribuidora sea la mejor del mercado. A una media decuarenta títulos nuevos diarios que inundan las librerías léase: hoy en día, no hace dos años; no existe espacio físico quesoporte más de dos meses una obra.  Consuerte puede perdurar unos meses más si el autor se dedica en cuerpo, alma ycorazón, en desmedro de lo que realmente le da para comer, a presentar suslibros en cada feria, reunión, o presentación que él mismo se las ingenia encrear o que la editorial organice.  Demasiadotrabajo para hacer que un libro no se olvide.

Blanca Miosi

En mi caso la situación es peor.  Al vivir al otro lado del Atlántico, jamás hepodido asistir a una presentación de mis libros, ni he firmado autógrafos o dedicatorias,ni he visto colas kilométricas en espera de mi rúbrica, como sucede con losautores que conozco, compañeros de blogs que han tenido la suerte de tenerlegiones de admiradores.  Mis libros sehan vendido por la magia de quién sabe qué.  Y aún ahora me asombra recibir cartas depersonas que me escriben después de haber buscado mi nombre en San Google.
Muchos son los cambios que ha ocasionadoAmazon, puedo hablar sin pecar de ligereza que es toda una revolución donde,como siempre, descollarán los que tengan mayor calidad.
Sin embargo, leí hace poco un comentario enFacebook que decía: «publicar en Amazon es lo último que yo haría, no te lo recomiendo…» ¿A cuenta de qué esta acotación? Señores: no todo lo que se publica enAmazon es despreciable, como quiso dar a entender esta persona. Pero seríabueno tener en cuenta algunas pautas:

Steven Spielberg


He notado que los lectores no discriminan a lahora de comprar en Amazon si el autor ha publicado por alguna editorial o no.  Es lo que menos les interesa. El lector comúny corriente, el que lee y acostumbra comprar libros nunca se fija en esosdetalles.  Toma más en cuenta la portada,el título y la sinopsis.  También existeel tipo de lector que se deja llevar por lo que está de moda o lo que estáleyendo algún amigo, y es su criterio de compra.

Dan Brown

Pero no nos engañemos.  Así como la mayoría de los espectadoresprefieren las películas o series made in Hollywood porque la industria los haacostumbrado a ciertos parámetros, como movimiento de cámara, diálogos, acción,temas interesantes o dramas dignos de un Oscar, ocurre también en la lectura. Unaespecie de control de calidad que necesariamente no tiene que llevar a laexcelencia, sino a lo que el público está acostumbrado a ver o leer.  Y hablo de la generalidad.  No me estoy refiriendo al público culto, alamante del séptimo arte, o a los eruditos críticos de libros que prefieren leera Proust que a Ken Follet.  Es ladiferencia entre un Woody Allen y un Steven Spielberg.  Al primero todos lo admiran, pero al segundolo ven.  Pero una Warner Bros o unaColumbia Pictures gasta millones en lograr que sus películas ocupen losprimeros lugares de taquilla, mientras que los cineastas independientestrabajan con lo que pueden.  Y algunasveces superan a las grandes superproducciones. Pero para ser sinceros, ocurre pocas veces, como sucede en el mundo delos libros.
Tenemos una herramienta a la mano que esAmazon.  No la desperdiciemos publicandocualquier cosa. Debemos respeto a los lectores, que, a la larga, debido a esosparámetros de los que hablé líneas arriba irán degustando el menú para quedarsecon lo mejorcito.  Un lector acostumbradoa una lectura de cierto nivel tiene ciertos “tips” incrustados de manerasubconsciente en el cerebro que hará que su degustación vaya dejando de ladoautores y libros que no cumplan con el mínimo requerido para formar parte delplato principal.
Nunca ha sido fácil ser escritor.  Y aunque ahora parezca que sí lo es, siguesiendo difícil llegar a serlo con relativo éxito.  
¡Hasta la próxima, amigos!
B. Miosi