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Eso ha sido el partido de esta noche en el Santiago Bernabéu. Entrenamiento precopero para un Madrid muy lejos en cuanto a todo de este Sevilla ramplón. Un Madrid que nos ha tenido a su antojo durante todo el partido.
Como siempre. Ha habido los típicos ilusos que creían que llegaríamos a Chamartín a corroer aun más la ya deterirorada amistad de la afición merengue con Mourinho. Pero no. Hemos vuelto a ser las Hermanitas de los pobres y aunque hayamos ayudado al rico en este caso, de nuevo nuestra actuación sirve para reconcilios ajenos.
No tenemos más de lo que ofrecemos e intentar dar el asalto al Bernabéu se me antojaba algo francamente difícil por no decir imposible. Hemos de ser conscientes que enfrente teníamos a uno de los dos equipos que juegan en otra Liga diferente a la nuestra.
No hay mucho más que añadir al partido de hoy.
Lo que hay que hacer es olvidarlo cuanto antes, no sea que nos contagiemos de malos resultados de nuevo y ayudemos a los casi desahuciados coruñeses.