Joely Manuel Urbea, artísticamente conocido como El Chocolate, inició su carrera artística a los 18 años como bailarín. Sencillo y a la vez ambicioso, con deseos de crecer cada día más y de dar lo mejor de sí mismo, es ahora es Director de Entretenimiento en un barco de Costa Cruceros, donde organiza y presenta shows de comedia, música y baile. A bordo, ha conocido decenas de países. Dice que sólo le queda uno: Australia.
Chocolate, cuéntanos. ¿Cuándo decidiste ser artista y por qué?
Bueno, digamos que eso estaba ya premeditado según mi madre. Dice que desde que estaba en su vientre, cuando ella estaba bailando y cocinando sentía que yo me movía dentro. Pero ya de manera seria y responsable, cuando terminé la high school, en secundaria, con 17 años.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Que la gente se divierta, que lo pase bien. Un huésped que viene, que saca de tiempo para sus vacaciones, que viene a relajarse, a olvidarse de los problemas de la vida cotidiana, y yo poder aportar ese granito de arena -una sonrisa- es lo que más me encanta.
Cuando uno decide ser artista, trabajar en un barco de crucero no es la primera idea que se le viene a la cabeza. ¿Cómo llegaste hasta aquí?
Bueno (risas). Yo tuve experiencia en el sector de hostelería. Inicié a trabajar en una resort muy famosa en mi país que se llama Casa de Campo y se me presentó esta oportunidad. Vi un anuncio de Costa Cruceros en el periódico en el que estaban buscando maestros de baile, me pareció interesante y fui al casting. Éramos 52 parejas e hicimos tango, pasodoble, mazurca, jazz, merengue, bachata, salsa,… Y ahí tuve la posibilidad de ser elegido y me califiqué. Así que empecé como profesor de baile, después pasé a ser jefe de animación, después a asistente de director de entretenimiento y acabé siendo director de entretenimiento. Actualmente tengo 82 personas bajo mi responsabilidad: bailarines, actores, cantantes…
¿De dónde sacas todo tu carisma y talento para ganarte a tu público desde el minuto 1 en que sales al escenario?
Bueno, muchas veces, como trabajo para un público internacional, hay que dar las informaciones en 5 o 6 idiomas, pero cuando se apagan las luces y escucho la música se me olvida todo, soy solamente espontáneo y natural, y transmito alegría.
Hablas muchísimos idiomas…
En realidad cuando llegué al barco vine solamente con el inglés y el francés. Bueno, y el español. El portugués, el alemán y el italiano los aprendí a bordo. Hay que dedicarle tiempo.
¡Con tanta gente a tu cargo y aprendiendo tantos idiomas!
Es vocación (sonríe).
Pienso que cuando manejas los idiomas, todo se basa en ser un poco más particular. Aquí tengo que presentar en 6 idiomas y, muchas veces, pasar el mensaje literalmente cuesta. Entonces busco frases más directas, utilizo expresiones populares, internacionales, soy más espontaneo y el mensaje llega.
¿Cómo es el día a día a bordo para un artista?
Digamos que es un poco particular. No es que los horarios de trabajo sean tan extensos, así que muchos tienen mucho tiempo para ellos mismos, para su preparación. En mi caso es un poco distinto porque tengo que ocuparme de toda la organización, pero el día a día se maneja bien, porque tienen tiempo para prepararse y para salir del barco también. Respirar un poquito de aire… y para hacer sus presentaciones.
¿Echas de menos estar alejado de tu gente y de tus raíces?
Absolutamente. De verdad que si… No hay un día en que no deje de pensar en mi cultura, en mi familia, en mi madre, que es lo más maravilloso que tengo pero, cuando me llegan esos pensamientos, el momento más bonito para mí es pensar en el día que tengo que hacer la maleta. De verdad que echo mucho de menos mi país. No obstante tengo que admitir que me divierto, he tenido la posibilidad de conocer muchos países, culturas distintas.
¿Te consideras un afortunado?
Sí, soy un afortunado porque tengo la posibilidad de trabajar en lo que me gusta. Me pagan por esto y yo pienso que es una bendición, algo que no tiene comparación.
¿Cuál es el proceso de idear y preparar un show para un barco de tales dimensiones, con gente de tantas nacionalidades, edades y perfiles diferentes?
El producto lleva mucha preparación. El barco en el que trabajo está destinado para el público español, pero aun así tenemos huéspedes de diferentes nacionalidades. Cuando tienes a un público variopinto tienes que pensar en todo, ponerte en la mente del huésped, cuáles serán sus expectativas…. Y mucha organización. Es más fácil cuando tienes una proyección: al español ya sabemos que le gusta esto, esto, esto y esto. Yo sé lo que le gusta artísticamente hablando, pero también quiero darle siempre algo diferente para evitar la monotonía. Vienen de casa donde ya saben lo que es la sevillana, la paella,… Siempre quiero que cuando suban al barco se sientan identificados, así que prestamos mucha atención en las raíces, la cultura, pero siempre dando algo distinto. Tenemos también artistas que no son españoles, por ejemplo un pianista italiano en una sala donde los españoles van a escuchar música de este país, para que tengan varias opciones.
¿Cómo es la relación entre los artistas que trabajáis en un barco?
Yo pienso que es bonita. Al tener artistas diversos, cada uno va aportando su granito de arena y, cuando sacas el trabajo, que ves que cada uno se empeña y pone esa chispa, viene algo que muchas veces no era lo que tú te esperabas, sino mejor. Pero para mí lo más importante como director de entretenimiento es que exista un buen ambiente. Me preocupo mucho por eso, y de que ellos lo pasen bien también.
¿Qué es lo que encuentras más gratificante de tu trabajo?
Bueno, yo pienso que cuando termina la noche y el público te dice “Chocolate, hoy estuvo excelente, pero mañana, ¿que tenemos?” y digo yo: “Hoy no, mañaaaaaaaaaana”. Eso es lo más lindo. Cuando yo termino la jornada y veo que se van para su camita contentos significa que el trabajo está saliendo de una manera muy prudente.
Y en cuanto a mi equipo, yo pienso que independientemente de los objetivos que tenemos nosotros como compañía, trabajamos también para un resultado, un overall. Es simplemente mirar que alcanzamos esos puntos. La compañía te da unas pautas, tenemos un score que tenemos que alcanzar y afortunadamente en cada crucero siempre lo conseguimos.
¿Nos cuentas alguna anécdota que recuerdes con especial cariño de tu vida artística en los últimos meses?
Si. Hace unos meses terminamos la fiesta blanca que hacemos en la cubierta, eran alrededor de las 2 de la mañana, yo voy caminando por mi pasillo y escucho una voz de una señora que decía: “¡Joely!”, pero no tenía claro que me dijera a mí. Y cuando escuché que dijeron: “¡Chocolate!”, dije: “Ese soy yo”, y la señora me dice: “Majo, ven acá, ven acá, que tengo que contarte una cosa. Yo no tenía pensado hacer este crucero.”, y me empecé a preocupar. Me comentó que el motivo fue porque había perdido a un ser muy querido, y me dijo “Chocolate, gracias al amor, a la sonrisa, a la simpatía que yo encontré, en el personal, permíteme decirte que me ha vuelto la gana de volver a vivir”. Eso se me quedó a dentro y no se me sale jamás. Es una cosa muy gratificante, no tiene precio, habría que vivirlo para sentir lo que yo sentí. Es un regalo.
¿Tienes algún sueño o meta como artista que todavía no hayas tenido la oportunidad de cumplir?
Si, digamos que yo soy muy ambicioso, me gusta alcanzar metas, soy muy exigente en ese aspecto y, claro que hay cosas que no he podido realizar momentáneamente, pero en mi futuro a largo plazo están pautadas. Pienso abrir mi propia empresa artística con un cuerpo de baile para vender espectáculos a nivel nacional en el área hotelera de República Dominicana, pero también quisiera tener artistas internacionales para que se presenten allá. Y bueno, ya sabré que puedo contar con Premiere Actors… eso es algo que lo estoy apuntando… (Risas).
¿Podrías enviar algún consejo a todos los actores lectores de nuestro blog?
Pienso que en la vida todos tenemos un sueño. Primero tienes que creer que tú puedes. Yo hace 10 años no me imaginaba que iba a poder conocer el mundo, tanta cultura, otros idiomas, no me pasó nunca por la mente, y mirar que he tenido esa posibilidad… Recuerdo perfectamente cuando embarqué por primera vez y fui al teatro a ver el espectáculo. Vi al director de crucero presentando y dije: “Si él lo hace yo también lo puedo hacer. Yo seguramente lo voy a hacer diferente pero puedo hacerlo”. Y ver que hace 3 años mis sueños se convirtieron realidad… Yo le deseo a todo el mundo que vaya detrás de sus sueños. Que lo persigan sin desmayar.
¿Chocolate tiene presencia online? ¿Dónde podremos encontrarte para seguir tus pasos artísticos?
Me pueden encontrar en Facebook como Joely Manuel Urbea, y muy pronto voy a dar noticias de mi página, mi blog.
¡Muchas gracias, Chocolate!
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