Hola, amigos de TORMENTAS DE TINTA.
Hoy os traigo una entrevista muy especial. Nada menos que voy a conversar con CRISTINA LAGOS, la protagonista de AMOR CON H, novela que acabo de publicar y que presento al Premio Literario 2018. Espero que tras leer la entrevista, os animéis a comprar la novela, que está disponible solo en Amazon y tanto en formato papel como electrónico. Os dejo el enlace para comprarla: mybook.to/AmorConH
Hola, Cristina, bienvenida a mis TORMENTAS. En primer lugar, y dado que me ayudaste a escribir esta novela, contándome tu experiencia personal y la de dos de tus pacientes, me gustaría saber qué te llevó a pedirme que escribiera esta novela.
Cristina: Hola, Aída, ante todo y lo primero, agradecerte que me hayas invitado a Tormentas y brindarme de este modo la oportunidad de darme a conocer a tus lectores y animarles a comprar tu nueva novela. Por cierto, enhorabuena por la criatura, Aída. Y contestando a tu pregunta, ya había leído tus otras tres obras y pensé que quién mejor tú, dado tu lenguaje directo, desgarrado a veces y tan sincero y accesible a cualquier lector, para que contaras esta historia, por momentos de gran crudeza, en otros de tanta plasticidad como el amor mismo posee. Por eso te elegí, para contarla y no me equivoqué.
La autora: ¿Qué se van a encontrar los lectores en AMOR CON H, Cristina.
Cristina: Las muchas caras del amor, tanto visibles como ocultas, las que hacen crecer y las que causan dolor. La cara amarga del amor es el desamor y de causa estragos en el ser humano. El amor es percibido de manera diferente por cuantos lo viven, lo sienten y lo sufren. No hay un concepto puro del amor, y ahora voy a hablar del amor de pareja, aunque sí uno idealizado. El romanticismo y la religión son los responsables de la estigmatización del amor como algo sobre lo que no cabe perspectiva ni visión distinta. Algo así como "o estás conmigo o contra mí" y eso debe acabarse porque dicha postura inmovilista ha causado mucho daño al individuo. Cualquier concepto individual de amor que se salga de "norma" es inadmisible. Craso error. Hay que erradicar ese concepto. El amor es moldeable, el concepto no es finito sino infinito. El individuo decide, no la sociedad. Van a descubrir lo que yo viví de adolescente, cómo me marcaron las relaciones que mantuve, cómo crecí con ellas y cómo evolucioné. Mi vocación llegó en esa etapa adolescente y debido a toda la experiencia acumulada. Tuve necesidad de saber más y de ayudar a otros a superar el dolor que causa el desamor y la pérdida del mismo. Trato mucho más, por supuesto, pero dado lo que me afectó a mí el amor en esa etapa, he profundizado más en el amor y lo he tomado como una causa personal.
La autora: ¿Los lectores van a verse en AMOR CON H?
Cristina: Sin duda alguna, Aída. Van a verse en muchas de las caras del amor que se describen en la novela. Algunos, se verán en la cara más amarga del amor, que es el maltrato. Aunque yo no considero que deba hablarse de amor tóxico a causar dolor a otra persona a la que se somete a un daño psicológico a veces insuperable. Muchas personas sí ven hablan de amor egoísta cuando hablan de maltrato, pero desde el punto de vista de mi experiencia y mi profesión, no se puede hablar de amor jamás. Los maltratadores no conocen el amor sino la dominación y el sometimiento. Sus víctimas también deben ser tratadas. Intento que esta llegue a entender que la toxicidad jamás debe ser justificada. La persona maltratada debe soltar el lastre o el cordón umbilical que le sujeta al maltratador y nuestra labor es ayudar a romper ese cordón invisible. El único modo de hacerlo es que entiendan precisamente que son víctimas y no culpables.
La autora: Una de las protagonistas de AMOR CON H, es precisamente Alicia, una víctima de maltrato. ¿Cómo llegó Alicia a tu consulta y cómo está ahora?
Cristina: Debo hacer una aclaración, Aída. Todos los personajes de tu novela, han autorizado a que te relatara su historia. No podría hacerlo en caso de no haberlo hecho, dado mi profesión y mi código ético de conducta. Cuando hablé con ellas, no tuvieron problema alguno en que fueran ejemplo para tu novela y se convirtieran en protagonistas de la obra, si eso servía a otras personas a entender su problemática y a quizás a entenderse ellas mismas. En cuanto a Alicia, llegó a través de una amiga suya, que fue tratada por mí hace años. Le dio mi tarjeta y, cuando Alicia tuvo el valor suficiente como para saber que necesitaba ayuda, acudió a mí. Al principio las sesiones eran solo para conocer sus inquietudes, para saber cómo se encontraba y para darle ánimos y fuerza. Pocas personas empatizan, todas juzgan. Dicen "te comprendo" pero no lo hacen. Nuestra labor es escuchar y sugerir, pero sugerir cuando vemos que el paciente está preparado para escuchar. Mientras tanto somos oídos. No nos escuchamos y eso es terrible. Solo nos oímos y queremos ser oídos pero no sabemos escuchar al otro. A veces, incluso no hay ni que escuchar, solo hay que saber interpretar los silencios. En cuanto a cómo está en estos momentos Alicia, prefiero no desvelarlo a tus lectores e invitarles a que lean la novela.
La autora: Reconozco, Cristina, que esta parte de la historia es la que más me impactó, pero estoy contigo en que lo vivido por Alicia en esa relación tóxica en la que se vio sumergida durante tantos años, es mejor que sea descubierto por mis lectores. Ahora pasemos a Gloria, otras de las mujeres cuya experiencia con el amor, narro en AMOR CON H. Háblame de ella.
Cristina: Gloria es una mujer fuerte. Tras acudir a mi consulta y después de un tiempo, llegamos a ser amigas. Hoy nos vemos con asiduidad y nos queremos mucho. El suyo es el claro caso de desamor por desgaste y rutina. Lo vemos a diario y quién no conoce un caso de amor que va muriendo por el paso de los años. Hay una parte del individuo que yo llamo ego pero podemos llamar perfectamente vanidad, que mueve a no estarse quieto en el amor. Muchas personas me dicen, cuando hablo de esto, "bueno Cristina, si uno no se cuida, ¿el amor se va?" No es eso, suelo responder, más bien el amor se va enfriando si uno no se siente amado y deseado por la otra persona. A diario llegan a mi consulta personas que se quejan de ser invisibles a los ojos de sus parejas, de que se cortan el pelo y la otra persona no se da cuenta, de que no reciben una palabra agradable para estimular su orgullo y su vanidad. La vanidad, el orgullo y el ego son tomados como cosas malas y no lo son en realidad. Forman parte del ser humano y su estímulo puede llevar parejo algo positivo, no negativo. Una palabra agradable para la otra persona, tras años de relación, equivale a mil pronunciadas en los primeros meses, en el embrión de la pareja. El problema es que, en muchos casos, no se alimenta la vanidad ni siquiera con una palabra. El caso de Gloria es el típico caso de falta de alimento. No hay nada peor que sentirse invisible y que alguien te haga ver que existes. Se confunde todo, uno no sabe qué le sucede y lo que pasa es, sencillamente, que alguien que no es la pareja, ha alimentado el ego, el orgullo, la vanidad. Gloria volvió a hacerse visible. En ocasiones terceras personas vienen con el amor de la mano, pero en muchas otras solo vienen con la satisfacción personal de sentirse también visibles. La persona que alimentó el ego de Gloria era del segundo tipo. El amor parece acudir como una explosión de sensaciones, casi adolescentes y, de pronto, se pincha el globo y sale la verdad. Gloria vino a la consulta rota, pero esa historia, Aída, también deben descubrirla tus lectores.
La autora: Que compren la novela, ¿verdad? (risas)
Cristina: Encontrarán mucho que sentir, pensar y debatir con amigos y amigas y seguro que recomiendan su lectura a otros. Es una novela que habla de la vida misma.
La autora: He dejado la mejor parte, es decir, Cristina, tu propia experiencia, para el final. Has hablado de ella de pasada, pero cuenta a los lectores de TORMENTAS, un poco más sobre lo que viviste.
Cristina: Como te he comentado, mi experiencia sobre el amor parte de mi adolescencia. Como la de la mayoría, claro está. Pero la mía fue un tanto especial pues en mi camino se cruzó alguien extraordinario, que me hizo ver el amor y la vida de un modo muy diferente a como lo había visto hasta entonces. Solo tengo palabras de agradecimiento para Álvaro y todo lo que me enseño y he vivido con él. Hasta aquí puedo contar a tus lectores si no quiero romper la magia de AMOR CON H, Aída. Ambas sabemos que el resto deben descubrirlo ellos.
La autora: Que la lean, pues.
Cristina: Exacto. Estoy convencida de que muchos se van a ver en sus páginas. Has contado lo que te relaté de un modo tan claro, sencillo y con un lenguaje tan ameno, que cuando leí el manuscrito que me pasaste, me vi con dieciséis años y me vi acabando la carrera, casándome y, bueno, uffff, fue como ver mi imagen en un espejo. Una sensación única y maravillosa. Y en cuanto a la narración de la historia de Alicia y Gloria, chapeau, no puedo decir otra cosa. Ellas también han leído la novela y me pidieron que te transmita sus felicitaciones.
La autora: ¿Hay muchos Álvaro, Diego, Raúl, Nacho, Juan Carlos, Alicia, Gloria o Javier que se puedan sentir identificados al leer AMOR CON H?
Cristina: Uffff, no imaginas cuántos. Todos llevamos un poquito de ellos. Bueno, matizo. Como Raúl, por suerte, no hay tantos, pero sí hay personas tóxicas. La toxicidad es un tema muy delicado, Aída. Las personas tóxicas no aman. Normalmente solo se quieren a sí mismas y no conciben que una persona pueda tener opinión propia, sentimientos propios y necesite desarrollarse como individuo. Buscan apéndices de ellos, personas a quienes dominar. Como Raúl, agradezcamos que hay menos personas que como Diego, por ejemplo, algo que el amor también agradece.
La autora: Cuando buscamos nombre a la novela, Cristina, barajamos varios títulos, pero finalmente decidimos este. ¿Por qué?
Cristina: TOP SECRET, Aída. Que lo averigüen tus lectores.
La autora: Nuestros lectores, Cristina, esta obra es mérito de ambas. Y ya finalizamos esta entrevista con mi psicóloga favorita y, espero que la de todos mis lectores a partir de ahora. ¿Quieres despedirte de ellos?
Cristina: Por supuesto, Aída. Lo voy a hacer con una frase de Antoine de Saint-Exupery, autor de EL PRINCIPITO, uno de mis libros de cabecera y que he leído un millón de veces: "Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección". Es la frase que mejor define mi concepto de amor. Es la libertad y la elección. Y añado una frase de Diego, uno de los protagonistas masculinos de AMOR CON H, a quien los lectores llegarán a amarán, sin duda alguna: "tu casa eres tú y no podrás amar si no te amas primero". Diego es uno de los hombres más maravillosos que he conocido. Sé que me entenderán cuando le conozcan. Y ya por último, agradecer que aceptaras escribir mi historia y animar a tus lectores a leerla. ¡Yo ya la he leído media docena de veces y no me canso de hacerlo!
La autora: ¿La ha leído Diego, Cristina?
Cristina: ¿Diego? ¡Diego es tu fan número uno, Aída! Por supuesto que sí, y la ha recomendado. Menudo es Diego. Un hombre intenso...
La autora: De los que enamoran...
Cristina: ¡Hasta la médula!