ENTREVISTAIDR.Ahondando en tus recuerdos, ¿de dónde nació tu pasión literaria? ¿Cuáles fueron tus inicios?JL. Ya escribía cuentos de niño. Poemas de adolescente y algún relato. Siempre he tenido vocación de narrador.IDR.¿Quién te introdujo al mundo de los libros? ¿Tienes alguno preferido, que haya significado una inflexión para ti?JL. Mi madre, sin duda. Casi todos los libros buenos que leí de los quince a los veintitantos años eran suyos. Y, antes de eso, la primera novela que me enganchó realmente a no querer hacer otra cosa que leerla, fue No demanis llobarro fora de temporada de Andreu Martín y Jaume Rivera, es un título que leí con once o doce años y en el que encontré una cercanía y una adicción que no había sentido nunca. IDR. ¿Qué te consideras antes: lector o escritor?
IDR. Narcolepsia, tu primera novela, fue reconocida por la crítica y finalista de dos premios literarios, ¿cómo te sientes con esta segunda novela? ¿Cuáles son tus perspectivas?JL. Hace ya más de un año que se publicó El diablo en cada esquina, y el mercado editorial es voraz. No creo que pase nada que no haya pasado ya. Aún así, ha sido finalista de los premios del Congreso Negro de Cine y Novela de la USAL, que para mí no es poco, y queda muy bien en el currículum. Espero que con el tiempo otra novela pueda empujarla y que obtenga más alcance del que pueda haber tenido o estar teniendo ahora.
IDR. La promoción de las obras es uno de los puntos fundamentales a la hora de llegar a los lectores. ¿Cómo la encaras tú? ¿Crees en los canales convencionales? ¿Y en las redes sociales? ¿Hasta dónde influyen los libreros? JL. Hombre, los autores de mi nivel promocional las pasamos canutas cuando salimos de nuestros barrios y ciudades, es muy difícil vender libros fuera de casa. El género negro cuenta con muchos festivales ahora mismo, pero ahí tampoco se venden demasiados libros, sólo unos pocos lo hacen. A los demás los festivales nos sirven para dar un poco la chapa, hacernos la foto y subirla a las redes, que vienen a ser una especie de álbum que puedes enseñarlo a tus amigos sin que vengan a casa. Los libreros independientes influyen porque tienen su público y las librerías pequeñas hacen una encomiable labor de suscripción, pero el bisnes está en las megalibrerías, si no estás en las pilas de centenares de ejemplares y en los carteles, la promoción que tú puedas hacer desde tu trinchera digital y la suscripción del librero independiente al que hayas logrado cautivar no sirven de nada, si de lo que hablamos es de impacto real en número de libros vendidos. Puede sonar feo, pero es así. Yo llevo poco en esto, pero creo que hace mucho tiempo que es así.
Isabel del RíoMayo 2016