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Entrevista realizada por Reinaldo Cedeño a la Dra. Florentina R. Boti León, hija del poeta, en junio 1997.

Publicado el 13 febrero 2019 por Theraven Víctor José Guindo Singh
Entrevista realizada por Reinaldo Cedeño a la Dra. Florentina R. Boti León, hija del poeta, en junio 1997.
En silencio -silencio fecundo y diamantino- una mujer de intensa vida se mejora y alivia cada día, al contacto con la obra de su padre, Regino E. Boti y Barreiro(1878-1958), "el más universal provinciano de nuestra literatura".

Presentador literario de Guillén y Marinello a pedido de estos -aunque es citado en cuanta historia o antología aparece-, su increíble personalidad exige un retrato íntegro, más allá de sus versos en una recopilación.

Boti es ese poeta que traza el rasgo definitorio de una ciudad: Guantánamo, bautizada como "aldea" de "parquedad catalana" y "calles rectas". Nadie ha podido pintarla con tanto acierto.

En su propio hogar casi laberíntico, pleno de cancelas, pinturas e historia, tengo ante mí a la Doctora Florentina Regis Boti León (1928). Quien le conozca, sabe que no es poco. Su labor de cuidado, clasificación y reflexión sobre la extensa papelería de su padre tiene un detallismo y minuciosidad casi increíbles, pero absolutamente palpables.

Por otro lado, abundar en la figura de Regino E. Boti es no sólo hacerlo en "el escritor de primera línea menos conocido de la literatura cubana contemporánea" o en el poeta que con Arabescos Mentales (1913) devolvió a la creación poética de la isla, la altura perdida tras la muerte de Martí y Casal; sino explorar otra geografía física y sentimental de la primera centuria de Cuba en el siglo XX.

La puerta de esta casa -Monumento Local desde 1986- sólo se reitera a un lado después de un toque amigo. Entonces, te recibirá una dama con cierto perfil evocador de Rita Longa, poseedora del don de las palabra, ocurrente, de tiernos adentros y cuya sólida presencia y afán de sinceridad a todo trance algunos tildan demasiado incómoda. Quizá, con suerte, sepas del poema "if", de Kipling, junto al teléfono, de su colección de collares y piedras, su afición por Lorca, Poveda y Porfirio Barba Jacob y, claro, de su regazo de abuela con la pequeñita Ana Florentina.

Sea ÁMBITO portador de una porción de su archivo, de sus recuerdos.

Florentina, ¿se siente usted una elegida que vive a la sombra de su padre o una esclava a la que tocó ineludible la tarea de organizar toda su obra inédita?

"Me siento una mujer más que afortunada por ser la hija de Boti; el hecho de mi nacimiento ya es suerte indecible, y los trabajos de mi padre son como un juego, el más maravilloso y serio de los juegos. Él laboraba como las hormiguitas, todo el día y solía descansar los domingos en que pintaba, así que dejó una obra vasta sin publicar que desde 1960 me encargó de organizar y clasificar."

"A partir de 1984, el Estado me remunera para que me dedique exclusivamente a ello -hasta 1974 trabajé en bufete-, pero aunque no lo hiciera, yo estaría aquí. Es el mayor placer que la vida me ha dado junto con mi hijo Regino Gaudencio, a quien pretendo dejar mi trabajo. Defiendo la obra de Boti a capa y espada, es muy importante para mí, y a través de lo que hago, los cubanos podrán conocer realmente quién es. Soy una hija cumpliendo un deber sagrado".

A la luz de tal consagración, ¿cómo describir la relación entre usted y Boti?

"Te repito, hace años vivo dedicada a él, y lo que lamento es no tener otra vida para brindársela. Fue un padre lleno de comprensión para sus tres hijos: Regino Gaudencio (1923), Caridad Mariana (1924-1954) y yo. Sólo un padre como él puede formar una hija que cumpla con su deber no por imposición, sino por amor. Escogí entre escribir lo mío y darle todo el tiempo a él, y opté por lo segundo."

"Me durmió en las piernas hasta los siete años. Me repetía siempre un poema ("Taquigráficas"), que sólo después supe que era suyo. Le acompañé a visitar la tumba de Edgar Allan Poe y su casita de madera en Brooklyn, en 1948. También me cantaba estrofas de zarzuelas, y cuando iba a La Habana, donde estudié, sacábamos entradas para verlas. Me hice abogada como él, me gradué precisamente en Holguín en 1957, y revalidé el título dos años después en la capital".

Apuntemos un fragmento de un poema inédito de Boti:" Otra hembra", tomado de su manuscrito original y fechado el 14 de enero de 1929. Fue dedicado a nuestra entrevistada.

"A la tristeza de mis años
tú añades una alegría orbital
y eres de mi floración humana
la más tierna corola.
Boti poseía una especial capacidad para la metáfora, ¿cómo se refleja ello en la vida familiar?

"Apenas se refleja. En su vida familiar era un hombre modesto, silencioso. Amaba el silencio, lo necesitaba. No imponía a nadie su criterio. Cada uno expresaba lo que quería y cómo entendía los asuntos. Lo más que hacía era discretamente llamarme la atención cuando estabas equivocado y te argumentaba el porqué. Al casarse con mi madre se volvió un ser más sociable, pues era hosco y solitario. Se casó en el año 1922, cuando tenía 44 años, y mi madre la mitad."

"Ese hombre de la metáfora no existe en la familia. No fue efusivo, ni nos atiborró de cultura. Los epítetos y el elogio los reservó para su poesía. Nos enseñó con ejemplo".

Después de su quinto poemario: Kindergarten (1930), Boti no publica más poesía. ¿Sintió que era inútil hacerlo o el hastío reflejado en su clásico "La noria" acabó también hundiéndole?

"Publicar en este país era difícil en la época. El escritor tenía que costearse la impresión de su obra, y luego regalaba los ejemplares. Entonces determinó no publicar más un libro, aunque siguió haciendo artículos en periódicos y revistas nacionales y extranjeras. Publicó en vida 23 obras, entre libros y folletos, y eso apenas le reportó un centavo. Su poema "Luz" (ver fragmento en el exergo de la entrevista) es un pedazo de su biografía. Un hombre con dignidad y conciencia de artista al que no había manera de condicionarle y la nunca en la realidad le interesó la publicidad".

¿No cree que, pese a todo, hay en Boti demasiada carga ya caduca?

"Yo trabajo a diario con su archivo, descubro y he descubierto cosas que parecen escritas anoche. Un hombre de su capacidad no puede quedarse atrás. Cierto es que en Arabescos Mentales, sobre todo en el "Himnario erótico" hay poemas que hoy nos parecen añejos, pero en su tiempo sacó el lenguaje de la pobreza y uniformidad en que había caído, mas eso ya se ha dicho. En Kodak-Ensueño, en Kindergarten y también en el libro La torre del silencio (1926), donde existe un poema tan esencial como "Autorretrato" y se deja entrever más familiar e íntimo, escribe de otra forma. No hay que olvidar que su obra poética desde 1930 hasta 1958 está inédita."

"Boti es el primer poeta cubano que hace un libro de tema erótico, el primero que escribe un poema de ciencia-ficción (ver "Reventón" en El mar y la montaña). Sus aportes al tema negro en la poesía -léase "Babul", excelente muestra- aún están por estudiarse en significación e influencias".

Relación Boti-Poveda, capital en las letras cubanas. ¿Han aparecido nuevos argumentos acerca de la radical ruptura entre ambos, más de lo expresado por el primero: "Con nada a mis ojos podía José Manuel Poveda justificar el despilfarro que había hecho con su vida?".

"La única causa de la ruptura fue la drogadicción de Poveda. A él le había dedicado la sección "Ritmos panteístas" y había escrito: "Para José Manuel Poveda, recia pluma de crítico y prosista, alta lira de poeta", y mi padre era parco en el elogio, así que ya puedes imaginarte cómo lo consideraba. No entendía cómo una persona de su cultura y su personalidad no saliera de este estado. Fue su indignación la que lo llevó a romper con él en 1917".

Es preciso apuntar aquí unas notas publicadas por Boti en Manzanillo en 1928, verdaderamente poco conocidas.

"El secreto de nuestra fraternidad radica más en causas recónditas que aparentes. El era delgado, débil, lento y representaba por su físico el tipo sicológico asténico. Yo musculoso, fuerte, dinámico y representaba por mi físico el tipo sicológico atlético. Fuimos entes complementarios".

¿Impiedad, demasiada rectitud?

"Mi padre no entendía cómo una persona de su inteligencia no tuviese fuerza de voluntad. Boti fumó, ingirió alcohol hasta un día que no lo hizo más. ¿Impiedad? No lo creo; eso sí: rabia, soberbia, una gran frustración y, en esencia, una estimación muy grande."Su rectitud te la muestro en dos anécdotas. Siendo profesor de Español del Instituto de Segunda Enseñanza de Guantánamo un día llegó unos minutos tarde, se puso la raya roja, se descontó el día, y se fue, pues no permitía que sus alumnos tocasen a la puerta ni un minuto después. Otra vez a mi hermana Caridad le examinó y la calificó con 59 puntos. Sólo le faltaba uno para aprobarla, pero jamás se lo dio".

El trío lírico de vanguardia se completa con Agustín Acosta. ¿Cómo fue su relación con él?

"De franca amistad. No llegó a la profundidad que en un momento tuvo la de Poveda, pero duró hasta el final. Recuerdo cuando mi padre se opera en La Habana de cáncer en el estómago- que ya le había invadido el hígado- y en junio de 1958 va e descansar a Tarará, entre los que le visitan se encuentran José María Chacón y Calvo y Agustín Acosta. Fue el primero que le dedicó un poema a mi padre cuando muere. He aquí un fragmento:
"Marchan unidos nuestros nombres por la vida
y ahora, en la gloria, ya tranquilo, advertirás
cómo en tu ausencia, que es presencia conmovida,
mi corazón unirlos quiere una vez más..."
En la vida de Boti hay un hecho impresionante: su matrícula a los 59 años para el Doctorado en Filosofía y Letras en la Universidad de la Habana. ¿Actitud quijotesca, romántica, de un hombre en el ocaso? ¿Cuál es su valoración?

"Para ser profesor del Instituto se comenzó a exigir que se fuese graduado de tal especialidad. Boti no lo era, y decide a esa edad -el curso es libre- comenzar, a pesar de que le envían una resolución que lo exoneraba. Contestó que nunca se consideró una excepción en ningún sentido, y se graduó a los 64 años."

"Estaba entonces tan acostumbrada a verlo estudiar, escribir y leer que no me pareció extraño para nada. Era para mí una simple prolongación de lo que veía en la casa. Ahora, ¡me parece algo deslumbrante!, a esa edad no hay quien haga tal cosa."

"Los profesores: Elías Entralgo, Rosario Novoa, Vicentina Antuña... no querían examinarlo. Figúrate, tenían de alumno a un hombre que hablaba y escribía latín, y sabía inglés y francés. Lo que más trabajo le costó fue el griego. Yo guardo todas sus notas".

Diez años después, Boti devuelve su diploma de la Academia de Historia de Cuba que le habían otorgado en 1922. ¿Por qué?

"Para hacer su presentación como académico, Boti hace el libro El 24 de Febrero de 1895 y los integrantes de esa institución se inclinan a aceptar la tesis de que el grito de ´independencia o muerte´ se había dado primero en La Confianza (Guantánamo) que en otro lugar. Los miembros iniciales van falleciendo y se reemplazan por otros más jóvenes, que se alejan definitivamente del estudio de Boti y reconocen a Baire como el lugar del alzamiento. Entonces, entendió que no debía pertenecer a esa institución".

Acaso, ¿rasgos de vanidad?

"Ni una gota, porque no hablaba de sí ni permitía que lo hicieran delante de él. Vamos, creo que si alguien decía algo bueno a sus espaldas, en el fondo tenía que sentirse bien, al fin y al cabo era un hombre normal, pero que él lo propiciase: nunca."

"La mejor imagen de mi padre la dio Poveda, que escribió en 1913: (...) "esa bella y casi santa humildad franciscana de Regino E. Boti, junto a la naturaleza y sus voces naturales; su serena y resignada comprensión de la vida y del destino".

Hay orgullo en Boti cuando declara ser el poeta de su aldea. Pero, reflexionemos: un hombre que ha visto mundo, el Colegio Vilar de Barcelona en 1895-1898, Harvard en 1900, hace zafra en San Pedro de Macorís, República Dominicana en 1902-1904 y no tiene hijos hasta pasados los 40 años, ¿por qué permanece en Guantánamo?

"En su poema ´Ansias siniestras´, incluido en Arabescos Mentales y fechado el 10 de diciembre de 1905 da a conocer que tiene la marcada intensión de irse definitivamente. Hay que leer: ´yo quiero abrir las alas como un halcón ligero/ y tranontar mis lares buscando otro país´... Es así que comienza. Boti trabaja y aprende el oficio de tabaquero y llega a ganarse la cantidad de 300 pesos oro para dirigirse a los Estados Unidos y perfeccionar su inglés, aunque su intención era residir en Buenos Aires. El padre se percató y le hacerenunciar bajo promesa. Cuando vienen a buscarlo, entiende que ya es demasiado tarde (1911), ya mi abuelo se había muerto. ¿Quién iba a quedar al frente de una familia sólo de mujeres: siete hermanas y mi madre?"

Nota: "El padre también le pidió al principio que no escribiera, y Boti lo hacía con seudónimos. Boti le apuntó a su padre esta frase:
"Juro, pater, juro nunquam componere versus".

Luego él mismo anota: "Se jura en vano. Las criaturas apolíneas atienden más al dios radiante que a los consejos paternos (...) El me conminaba a que no escribiera. ¡Ni en prosa ni en verso!, pero yo nunca prometí ni juré. Callaba... y componía".

Llegamos al núcleo de su labor: ¿cuántos volúmenes pudieran editarse de su obra inédita?

"He reunido más de 2 mil cuadernillos en 200 tomos y siguen apareciendo trabajos exclusivos, cartas, periódicos y revistas. La relación es ésta: Ensayos son: "Genética de la Poesía de José Martí", "Julián del Casal", "El Hai-Kay", y "Cervantes y el Quijote". También el libro Garcilaso de la Vega, que fue su tesis de grado para el doctorado."

Sus poemarios: La Copa de Eros, Escorial, Chorro I y II, Prólogo sin Libro, La Rueda de Ixión y Elegías, este último dedicado a su hija muerta.

Artículos y comentarios he reunido más de 1500 en publicaciones cubanas e internacionales. Poemas inéditos son más de dos mil. También existe un folleto sobre Estampas de Guantánamo".

¿Cartas?

"Ya salieron las llamadas Cartas a los Orientales, y con las que he reunido debe editarse otro con misivas dirigidas a personalidades del Occidente y de fuera del país, a figuras como el mexicano Alfonso Reyes, a los dominicanos Sócrates Nolasco y Pedro Enríquez Ureña, la uruguaya Juana de Ibarbourou y una relación grande. De sus cartas íntimas, excepcionalmente pudiera salir alguna, pero abarcan cuestiones muy personales, detalles familiares y también algunas opiniones muy propias sobre personajes que, aunque ya fallecidos, están vivos sus descendientes. De las legales, nada a la luz, pues todo ha cambiado".

Poco antes de morir, Boti recibe un homenaje íntimo por sus 80 años. ¿Asistió, qué pasó en esa reunión?

"No participé, estaba en La Habana. Existe un folleto que recoge los poemas dedicados a mi padre por sus amigos más cercanos. Tiene una frase de Agustín Acosta: "Por mucha analogía que exista entre una montaña y un poeta, celosas estarán siempre aquellas -cumbres de la materia- de las otras -cumbres del espíritu-".

He decidido tomar fragmentos de los poemas de la ocasión, igualmente inéditos. El primero de Juan Luis Morlote, compositor y poeta, titulado "Al margen de La noria", y el segundo, las seis últimas estrofas del soneto "A Boti", de Ernesto Victor Matute. A ese homenaje también asistieron el doctor Ángel Ferrand Latoison, que dejó su artículo Regino E. Boti, y el historiador y poeta Antonio Sánchez, que le dedicó el poema El Alma en ti.
Todas las rimas rondan por tu acera
Todos los ritmos tocan a tu puerta.

J.L. Morlote Ruiz

¡Oh, panteísta! Del terruño oscuro
sacaste el sol romántica paleta
en voz fornida, trascendente, inquieta.
En un verso varón, atleta, puro
que hizo vibrar la luz a su conjuro
y dio a estas tierras su mejor poeta.

Ernesto Victor Matute.

¿Pasatiempos?

"Además de leer, escribir y pintar (yo conservo unas 500 acuarelas y pasteles) y de su labor de abogado y de profesor, que ya es bastante, era filatélico y numismático, aficionado a la fotografía, a lo que lo introdujo Luis Lamargue, e investigador histórico y arquelógico. También era muy buen jinete. Halló una vez un cráneo de siboney. Utlizaba otro cráneo como pisapapeles para recordar que no cabe orgullo posible, pues todos, sin excepción, acabábamos en eso".

¿Qué legado esencial le dejó a usted su padre, qué mensaje en su opinión dejó a los guantanameros y a los cubanos?

"A mí, que los principios ni se venden ni se cambian, y hemos de mantener la honestidad a cualquier precio. A los guantanameros, a los cubanos, te confieso que nunca había tratado de definir eso... que un hombre puede hacer una obra que traspase sus fronteras y su tiempo, incluso viviendo en un medio hostil e indiferente, sólo el trabajo salva de la estupidez y la inercia".
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Esta Entrevista está publicada, a instancias de Regino Rodríguez Boti, Hijo de Doña Florentina R. Boti y Nieto de Don Regino E. Boti, en la  Web:

  http://www.cubaliteraria.cu/autor/regino_boti/creditos.htm

Link de la Entrevista:

http://www.cubaliteraria.cu/autor/regino_boti/vidaobra/entrevista.htm#0





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