Entro en vos , salgo de vos
me arrodillo ante tus labios,
sé creer en tus milagros por la mañana,
en tus días de caricias fugaces
pido tres deseos después de cada una de ellas
y vuelvo a la tenue ráfaga de incienso que deja tu piel,
me acerco en tu memoria de andenes de melancolía
y los trenes traen solo gente que se parece a vos,
entro en vos, salgo de vos,
recorro tu espacio llenando de pétalos de azul tus verdades
tus deseos tibios,
tus pequeños refugios al mediodía,
recorro con sigilo tus huellas y me adentro en tus pasos
me calzo tus zapatos de primaveras
y me dejo caer en las flores que un día
y de una en una
le pusiste los nombres de cada una de nuestras alegrías.