Desde el ojo de la cerradura vio impasible como le despedazaban la piel con violencia. Corrió hacia la ventana y trató de escapar pero notó que estaban herméticas soldadas por fuera. Buscó un lugar donde apretujarse y quedarse hasta que se fueran. No había línea y parecía como si estuviera en una estación remota. Intentó fundirse entre las columnas que daban a la puerta, pero temía ser hallado por alguien. La rompieron una y otra vez y él no podía hacer nada para detenerlos. Quería escapar, llegar al centro, pero fue imposible. Ella dejó de existir. Ahora estaba solo.
Cortó su cuerpo atado a las barras del ventanal, cercenó cada parte de su imagen, para que no lo hallaran detrás de la puerta. A lo lejos, vio una patrulla y los llamó a gritos. Pero ellos siguieron su ruta. Y las cosas se estiraban mientras él se quedaba aprisionado entre las hojas del libro sin poder nunca más salir. *Les dejo este microrelato que es parte de un grupo que se está formando de la misma temática.
Gracias porque siempre comparten conmigo. Pronto me pondré al día en todo.