Cortó su cuerpo atado a las barras del ventanal, cercenó cada parte de su imagen, para que no lo hallaran detrás de la puerta. A lo lejos, vio una patrulla y los llamó a gritos. Pero ellos siguieron su ruta. Y las cosas se estiraban mientras él se quedaba aprisionado entre las hojas del libro sin poder nunca más salir. *Les dejo este microrelato que es parte de un grupo que se está formando de la misma temática.
Gracias porque siempre comparten conmigo. Pronto me pondré al día en todo.