¿Eres un "escritor de verdad" o uno "de mentira"?

Publicado el 24 abril 2014 por Blancamiosi
¿Qué puedo decir de la auto-publicación o publicación independiente que no haya dicho ya?Aparentemente todavía hay mucho que decir. Y aprovecho el Segundo Encuentro Literario de autores en Cartagena para retomar sobre este punto una vez más.Hoy en día ya es usual ver que un autor ha auto-publicado. Algo que solo hace un par de años era impensable. Y que lo hizo con relativo éxito. Y la tendencia está en alza. Ya no parece una Utopía publicar y vender libros. Antes se veía a la auto-publicación como resultado de la vanidad. Ahora es todo lo contrario. Se mira a los escritores que publican por editorial como si ejercieran un acto vanidoso, pues auto-publicar es sencillo y muy fácil.¿Por qué digo esto? Por lo que se ha hablado últimamente en algunos blogs y sitios de literatura. No todos los escritores que han firmado por editorial han obtenido los resultados que esperaban. Antes debo aclarar para quienes no lo sepan, que algunas editoriales escogen a sus próximos autores de las listas de Amazon, de manera que aquellos autores que han tenido éxito y ocupaban los primeros lugares en las listas de esa plataforma son ahora publicados a través de editoriales. ¿Qué los impulsa a aceptar sin detenerse a pensar demasiado en los pros y los contras? El saberse “aceptado” finalmente como un escritor “de verdad”. Como si antes hubiesen sido “escritores de mentira”.Todavía hay escritores que publican por editorial que miran a los independientes con cierto aire de suficiencia. Pero estoy segura de que no se atreverían a publicar por su cuenta, pues tendrían que competir con la gran cantidad de obras que generan los “escritores de mentira” y que son las que ocupan los primeros lugares, a pesar del esfuerzo promocional que las editoriales prestan a sus autores favoritos situándolos indefectiblemente en los primeros lugares, producto de no sé qué manejos.Hay ciertos escritores que publican de manera independiente y culpan el que sus libros no se vendan a que “ellos no se rebajarán a hacer propaganda o a promocionar sus libros”. Hay que ver… como si la gente los conociera de toda la vida y fuera a pelearse por comprarlos.  Y están allí, en el fondo, perdidos en la selva. Apartando estos casos, las ventajas de hacerlo por cuenta propia son muchas, amén del hecho de que se gana mucho más y se tiene pleno control sobre las cifras y los pagos. Algunos piensan que aceptando un contrato editorial se liberarán de la promoción. Craso error. Tendrán que seguir haciéndolo, pero ganarán mucho menos. Y cuando digo esto lo digo desde la experiencia que tengo como escritora híbrida. Publico por editorial y también soy independiente.¿Hay libros auto-publicados malísimos, sin corregir y de temas incomibles? Los hay. Nadie lo niega. Pero también los hay muy buenos, tanto, que las editoriales desean publicarlos. Y lo más gracioso es que fueron producto del rechazo editorial, porque al fin y al cabo, ¿de qué depende que un libro sea aceptado por una editorial? Obviamente del lector editorial. Y no todos están preparados para una función tan delicada. Algunos se fijan simplemente en los errores ortográficos, cosa fácilmente corregible, sin fijarse en el tema de fondo, que puede ser extraordinario. Tampoco los correctores editoriales son una maravilla. He leído libros que dejan mucho que desear.Pero en el mundo amazónico de la auto-publicación también existen fenómenos extraños. Libros malos, por no decir: re-malos, ocupan los primeros lugares. Lo que me lleva a pensar que tal vez los lectores se estén acostumbrando a la mediocridad. Aunque es cierto que también ocurre con algunos libros publicados a través de editoriales. ¿Es probable entonces que nuestra sociedad se esté acostumbrando a los temas banales,  al mero hecho folclórico, a un relato sin mayor profundidad, que no deje la mínima enseñanza y cuyo contenido no tenga la riqueza literaria con la que ha crecido la mayoría de los lectores que hoy son escritores?Sí. Es posible. Pero no es culpa de la auto-edición. En este caso es responsabilidad de las empresas editoriales que por tener en sus manos un superventas, tranzan cifras millonarias por publicar obras que se convierten en el boom del momento y que al cabo de un par de meses nadie recuerda, y esto ocurre tanto a uno como al otro lado del charco. Personajes de farándula que fallecen o que se divorcian o algún cantante que no llegado a la treintena y ya desea contar su vida, para evitar tener que hacerlo cuando ya no tenga nada que decir.De manera que yo diría a los que se halan de los cabellos hablando mal de los escritores independientes, que mirasen un poco más allá y observasen dónde surge el problema. Hasta hace poco eran las editoriales las que llevaban la batuta en cuanto a tendencias, ahora es el lector quien escoge lo que desea leer, y nosotros los escritores, tenemos el deber de que le llegue un material de buena calidad, perdurable en el tiempo y que nuestros libros no sean aves de paso. Y recuerden: No todo escritor independiente es necesariamente malo por no haber pasado por el “filtro” editorial. Muchas veces esos filtros son verdaderamente malos y para muestra basta un botón.¡Hasta la próxima, amigos!Blanca Miosi