Error de navidad

Publicado el 30 diciembre 2011 por Migueldeluis

CC –by –nc –sa Jason Samfield

Dulces de lujo y humildes truchas

En estas navidades cometí un error. Como medio para controlar las calorías decidí comprar bueno, al precio que fuera. La idea es que comprando muy buenas calidades mi sueldo me limitaría naturalmente. Dicho en otras palabras no puedes comerte mil turrones si sólo te has comprado uno (que ya es bastante para correr maratón y media).

Pero después vino mi madre con unas truchas artesanales, tradicionales, vendidas al peso. En Las Palmas llamamos truchas a unos dulces que consisten en unas simples empanadillas rellenas de batata dulce o cabello de ángel. Son muy baratas y, si sabes donde comprar, frescas y bien hechas.

Me comí dos: lo que está muy bien hecho deja satisfecho enseguida, por mucho que sea Navidad. En cuanto a mis dulces de gourmet también estaban muy buenos, pero las truchas no estaban peor.

Y no, tampoco los probé todos, ni me atranqué a dulces de lujos, gentes de poca fe.

puede ser sencillo

Hay un extraño sueño, un encanto con la vida a lo James Bond que te dice que la excelencia debe tener nombres raros, venir del otro lado del mundo y ser conocido sólo para los entendidos. Para los mejicanos es obligatorio que lo bueno esté en España y para los españoles ha de estarlo en Méjico. En Ushuaia soñarán con el caviar ruso y supongo que los rusos imaginarán mágicas fantasías en la Pampa.

Hay cosas que no pueden evitarse: un juguete nacido de madera, mano y corazón no puede ser más barato que el fruto del plástico, la fábrica y la esclavitud. Pero tampoco tiene porque ser un lujo exclusivo, no necesita ganar el concurso al más superecológico progue-güay de la muerte que enseña a los niños a cantar en Arameo Oriental. Puede ser, sencillamente un buen juguete bien hecho.

Otras veces nada puede competir con lo gratis. La hierba de tu jardín, recién cortada y hervida no desmerece al mejor té del mundo. Creedme, lo he probado. Tengo matcha japonés de calidad de ceremonia y es muy, pero que muy bueno y en realidad su precio no es mayor que el café de la cafetería de la esquina. Pero la hierbaluisa de mi jardín también es muy, muy buena y me sale gratis.

No vuelvo a comprar de gourmet

Se acabó, no vuelvo a comprar navidades de gourmet. Para las próximas navidades, truchas. Buscaré las cosas buenas, pero no optaré por la opción rápida de tirarme a lo caro, probaré y aprenderé. Seré así de basto, como la hierba de Serrat que crece a golpe de sol y de agua.