Leo en la versión digital de ‘El País’ la última columpiada del grupo Random House Mondadori. Un patinazo imperdonable, sobre todo ahora que están viniendo mal dadas. La caída de los gigantes es el último titulo –el primero, para ser exactos, si nos ceñimos a que éste despeja el camino a una trilogía- de Ken Follet. En catalán, La caiguda dels gegants.
De este titulo, el grupo editorial lanza una edición de casi setecientos mil ejemplares. Un buen número si consideramos que al británico lo compra, hasta Dios. Hay que ser honestos: esta clase de libros adornan en demasía en los salones de los hogares españoles.
Como no podía ser de otra manera, la edición ya está traducida al catalán, que arrancó con un lanzamiento de treinta mil ejemplares. Los libros, distribuidos, máxime cuando a la vuelta de unas pocas semanas, Follet llegará a España para promocionar su obra. Escasamente se habían empezado a vender los primeros ejemplares en catalán cuando el propio grupo editorial dio la orden de retirarlos de circulación. Al parecer no se ha impreso correctamente. Le faltan dos capítulos. Y la edición completita (hablo siempre de edición traducida al catalán) a la basura. ¿Dónde están los capítulos que faltan?
Este error es imperdonable e injustificable. Si se censuran y se critican errores similares en empresas similares a la que nos ocupa, ¿acaso no es prácticamente un hecho delictivo el que se haya metido la pata tan estúpidamente desde una empresa con unos medios y con una gestión de una calidad y una cualificación muy superior a la que tienen una buena parte de los mortales? Si editoriales pequeñas, con unos recursos más que limitados, cuidan y miman su trabajo, velando siempre por el libro y el autor, ¿qué coño ha pasado en este emporio para que alguien patinase de manera tan barriobajera? No lo sé, y tampoco lo investigaré. Lo cierto es que me parece, de entrada, vergonzoso. Soplan vientos huracanados en el mundo social y económico, y nadie está en condiciones de tirar por la borda un céntimo de su trabajo, su esfuerzo, su tiempo y su dinero. Pero siempre hay excepciones. El grupo Random House Mondadori es una de ellas, que le importa un bledo el dinero y la situación económica actual de los españolitos de a pie. No se pueden cometer estos fallos. Nunca. No estamos hablando de ediciones pequeñitas: de 500 ó 1000 ejemplares. Estamos hablando de treinta mil. Cuidado.
No obstante, y reflexionando al hilo, me surge la interrogante. Dado que este tipo de ediciones son subvencionadas por el erario público (porque para esto sí hay dinero), ¿no será que les importa tres cominos el dinero de todos? ¿O acaso están buscando chupar del pesebre? Como fuere, lo cierto es que este error me resulta gravísimo. Tan grave como los que estos días se están paseando por ‘la Ciudad de la Justicia’. Aquellos son tan indocumentados como éstos.