Es cuestión de gustos

Decidí visitar de nuevo el Museo del Prado. Había ido varias veces, pero esta vez
fui sin ninguna idea fija, no quería ver nada en concreto, quería sorprenderme.
Y lo conseguí. Nunca me había parado ante este cuadro, y siempre había
pasado por delante. Me sorprendió. No podía dejar de mirarlo. Mientras
todos pasaban de largo o se paraban tan sólo unos segundos ante él, una
pareja de italianos y yo volvíamos la cabeza cada vez que dejábamos
atrás el cuadro para pasar a la siguiente sala. Aquí les dejo la imagen
de esta magnífica pintura. Quizás para unos sea un gran cuadro, para
otros uno más. Es cuestión de gustos.
Descendimiento de la cruz. Roger Van der Weyden