Cuando empecé a trabajar de educador social, hace muchos años, no me gustaba trabajar en equipo. Prefería hacer los proyectos o la entrevistas a mi aire y me parecía que eso de tener que reunirse para decidir cosas era una pesadez. Como además era un tío creativo y con energía, pues me bastaba y sobraba yo solito. Hace muchos años yo sabía mucho menos de lo que sé ahora y mi arrogancia de entonces maquillaba un poco mis limitaciones.
Quizás se pueda ser un escritor o un pintor solitario, pero si se trabaja en servicios sociales trabajar en equipo es imprescindible. Sería cruel para algunos ahora mismo (para mi padre, por ejemplo) hacer un símil futbolístico. Pero, hasta en el futbol, eso tan rudimentario, se demuestra que cuando un equipo juega como tal, y no como un conjunto de jugadores donde cada uno va a lo suyo, los resultados son mucho mejores. Y, en contra de lo que podría parecer, es cuando se juega para el grupo, en busca de un objetivo común, donde brillan mejor los talentos individuales.Digo esto porque creo que en realidad se trabaja poco en equipo. A ver, para que nos entendamos, hay muchas reuniones que llenan nuestra agenda. Reuniones donde profesores, pediatras, psicólogos, trabajadores sociales y educadores sociales cumplen con sus protocolos, esas arma necesarias de doble filo, o se sientan en torno a una mesa para traspasar información. O derivan.
El trabajo en equipo es todo eso, pero es mucho más que eso. Tiene que ver con "jugadores" que aunque sean versátiles, no pretenden hacer de todo, y mucho menos todo, sino que intentan hacer bien aquello que saben hacer y para lo que están preparados. Tiene que ver con jugadores que se escuchan, intercambian impresiones, toman acuerdos que les permitan conseguir objetivos comunes. Tiene que ver con la generosidad. Generosidad en el esfuerzo. Generosidad para ceder terreno para que el otro avance. Tiene que ver con el buen ambiente, imprescindible no sólo para conseguir resultados, sino para disfrutar con el trabajo. Tiene que ver con la figura de un buen líder que sepa hacer que los individualistas aporten lo mejor de si mismos al grupo a la vez que brillan con luz propia. También tiene que ver con jefes para los cuales el trabajo en equipo no es una pose o una cuestión de marketing. Y con muchas más cosas. Futbol, naturalmente.
Creo que se puede trabajar en equipo aunque los profesionales que participen no puedan considerarse, estrictamente, un equipo. Me explico: cuando actúo con una familia con un problema complejo intento trabajar en equipo con otros profesionales que intervienen. Somos ¿como lo diría?: un equipo de circunstancias. Eso tiene sus dificultades. Una de ellas, la más importante, es que los demás también crean que vale la pena sumar esfuerzos, al menos para la ocasión. Otra dificultad es que ese "equipo" seguramente estará descompensado, no tanto porque puedan faltar representantes de diferentes disciplinas sino por el carácter y las aptitudes de las personas que los forman. Me vuelvo a explicar: yo creo que todo tipo de personas pueden encajar en un equipo, personas reflexivas, personas de acción, conciliadoras, competitivas, enérgicas, mediadoras, etc., siempre y cuando haya un equilibrio entre unas y otras. En los equipos de circunstancias esa hetereogenidad no suele darse tan facilmente.En fin, como ya existen infinidad de buenos libros que hablan sobre equipos y liderazgo no hace falta que me extienda. Sobre las dificultades, hay una cosa que a mi me suele funcionar, aunque ya sé que no estoy descubriendo la sopa de ajo: cuando me entusiasmo con lo que estoy haciendo, el trabajo en equipo suele funcionar. Porque el entusiasmo no se puede prescribir, pero es muy contagioso.
Conozco muchas experiencias exitosas y he participado en algunas de ellas. Por ejemplo el grupo Ágora, un grupo casi pionero, formado por profesionales de los equipos de infancia y los servicios sociales (psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales y educadores) que durante algunos años produjo artículos, dio conferencias y organizó jornadas sobre diferentes temas. O los últimos trabajos en red para abordar casos familiares, con la participación de profesionales de salud mental, educación, cultura y servicios sociales. O nuestra última locura: la creación de un Laboratorio de Ideas, que ya les explicaré otro día.
En fin, todo esta historia para decirle a mi padre que lo siento, pero que si su equipo quiere llegar, como mínimo, a los cuartos de la Champion, tendrán que pasarse más la bola.__________________________________________________FACTORÍA LOS SÁNCHEZ Y AFANIAS, un nuevo proyecto de teatro socialhttp://factorialossanchez.blogspot.com