Cuando la única verdad, es que hace tiempo,
que ni tan solo lo hemos vuelto a intentar.
Preferimos actuar como víctimas de nuestro propio holocausto,
que alimentamos cada día con nuevos miedos,
estamos tan acostumbrados a ese silencio derrotista,
que creemos que esa es la verdad y que las palabras solo sirven para construir historias y
cuentos de hadas, en los que dejamos de creer, apenas, pasamos nuestros primeros años.

a que en lugar de romper con él,
rompas con la imagen que se ha dibujado
y permitas que ese o esa que sí eres,
en quien sí te reconoces, salga afuera,
tal vez aun tengamos esperanza y resulte que a pesar de lo que otros puedan inventar,
sigamos estando vivos.