Es posible que se pare el universo
que se apaguen las estrellas tan fugaces,
y que cesen los silencios de las almas
y que broten las sonrisas singulares.
Es posible que me mires a los ojos
y que veas reflejados mil cristales,
en los unos hallarás la indiferencia
y en los otros el temblor por sus maldades.
Es posible que no acudas a la cita
y que evites el volar por esos mares,
donde sabes que estarán las caracolas,
en un lecho de coral, siempre esperándote.
Es posible que se rompan los castillos
y que cubran las almenas con su sangre,
en un acto de pasión y rebeldía,
en defensa de ilusiones e ideales.
Es posible que me digas que me quieres
y que crucen dos puñales por mi carne,
sin saber si tu palabra es algo incierto
o, por contra, un sentimiento que te nace.
Es posible que perciba tus latidos
y que sienta tu cariño en lo que vale,
y es entonces cuando rompa las cadenas
y te ame, para siempre, en cada instante.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/01/14