Resulta especialmente llamativo que en un país cuyos fundadores tiraron más hacia el agnosticismo o el ateísmo, a día de hoy sea practicamente imposible que un ateo pueda, ya no llegar a presidente, sino tan solo ocupar un cargo público.
Es evidente que, en el aspecto religioso, los Estados Unidos van marcha atrás. Surgieron en pleno clímax ilustrado (quedando definido como laico en su Constitución) y, sin embargo, caminan hacia una gran estrechez de miras en el ámbito religioso. Que en un país como ese existan unos 135.000.000 de personas que creen que el Universo tiene menos de diez mil años es, cuanto menos, demencial. Surgen universidades creacionistas (sin comentarios); Ted Haggard, el líder de los evangelistas, gana adeptos sin cesar; contándose ya en millones... En fin. ¿No dan ganas de preguntarles algo? Algo como:
¿Por qué?