Entre lija y barniz hay un tiempo de pausa, de quitarse los guantes y acariciar el resultado, de limpiar bien y volver a pensar en si el color tal o si el efecto cual.Un tiempo de pausa, de descanso antes de continuar.
Hoy, la merienda de este intermedio, nos la trae la artista de la casa con las manos, en la cocina, y fuera de ella. ¿Te apuntas?