Revista Talentos

Es tiempo de vacaciones

Publicado el 28 mayo 2012 por Hogaradas @hogaradas

Por Hogaradas
Queda poco tiempo para que esas vacaciones que llevamos bastante tiempo esperando, se materialicen por fin. Los acontecimientos se han precipitado y de repente, casi sin darnos tiempo a pensarlo, nos hemos visto metidos de lleno en la placentera actividad que supone elegir un destino en el que perdernos durante unos días y olvidarnos de todo.
Las maletas, esas que parecían ya condenadas a permanecer en el trastero durante más tiempo del que debieran, comienzan a estar de plena actualidad, mientras pensamos, como siempre, en intentar hacer el cálculo exacto para no pasarnos de peso, en mi caso, también como siempre, ardua tarea y en muchas ocasiones, las más, totalmente imposible.
Es cierto, no sé viajar ligera de equipaje, pero quizás no sé porque nunca he querido hacerlo. Si además coincide que está mi madre cerca, que siempre suele estar a la hora de elegir qué llevar, entonces, viaje en el medio de transporte que sea, ya sí que es totalmente imposible, porque siempre me recuerda que no seré yo la encargada de transportar los bártulos, así que entre eso y el lleva esto también “por si acaso”, al final una termina como siempre, casi marchando “con la casa a cuestas.”
Esta vez me he propuesto que no sea así, por lo que tendré que hacer auténtico encaje de bolillos para que mi lista, esa que adoro hacer y la cual cambia de contenido cada vez que me entretengo en mirarla, contenga solamente lo necesario, ni una cosa más ni una cosa menos.
Y así estoy, con todo mi ser dejándose mecer por el rumor de un mar cada día más cercano y acariciar por esa brilla que hace soportables los rayos del sol, en unas vacaciones, éstas, que suponen también una huída, a pesar de que seamos conscientes de que a la vuelta, lo queramos o no, la realidad no va a ser muy distinta, pero quizás nosotros consigamos el milagro de verla con otros ojos y afrontarla con esa fuerza y esa energía que puede que ya nos esté faltando.
Atrás quedarán el frío invernal, las noches de insomnio, las dudas, las decisiones que aunque cuesten sabemos que debemos tomar, las desilusiones, las decepciones, las esperas, la incertidumbre, la vida… porque esta, con todo, nos la dejaremos aquí, y en la maleta nos llevaremos esa otra vida, la de los días soleados, la de la mente en blanco, la de no hacer absolutamente nada, nada más que lo que te apetezca, esa que no necesita de reloj, la que solamente tiene como futuro el instante siguiente al que estás viviendo, la dulce, la mágica, esa que por ser tan breve solamente te presenta ante tus ojos lo necesario para que lo contemples, lo tomes y te sientas realmente feliz.
Los días de vacaciones se acercan, y como siempre, tal como alguien me dijo en su día, aprovecharé una vez más ese regalo que es disfrutar de ellos antes, durante, e incluso tiempo después de que sucedan, como hoy, como ahora aquí, con estas palabras con las que de alguna manera doy por comenzado ya mi pequeńo viaje.


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