Es un banco solitario
y una flor recién cortada,
yo me acerco en el silencio
y me siento a contemplarla.
Es posible que este signo
tu dejaras, sin palabras,
intentando que lo vieran
mis pupilas con tu magia.
Hay suspiros en el aire
y en las sombras de las ramas,
y unos pájaros se esconden
al rumor de las pisadas.
Hoy la luna está en creciente
con su cara de nostalgia,
y un reflejo primoroso
nos devuelve su mirada.
Yo sonrío, en este acto,
y te veo recostada,
a mi lado, sonriendo,
y cerradas tus pestañas.
Yo te miro y acaricio
esa cara de gitana,
ese pelo tan rebelde
y a tu cuerpo en la distancia.
A lo lejos ya repican,
solitarias, las campanas,
anunciando así las ocho
de una tarde que se apaga.
Más me queda tu recuerdo
con el fuego y con las llamas,
y la foto incomparable
que dejaste allí, en mi alma.
"...Es un banco solitario
y unas flores que me aguardan,
yo las tomo en tu recuerdo
y las beso sin palabras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
Jaca, 07/06/14