Miras hacia arriba y observas un inmenso e infinito cielo de estrellas. Cierras los ojos y te dejas llevar por el sonido incesante de las olas. No piensas en nada, ni en el ayer ni en el mañana, sólo en este instante.
Un instante en el que ves estrellas fugaces y pides un deseo. Un instante en el que entrelazas tu mano con la persona que hay a tu lado y es como tener cientas de ellas en tu interior.
Es un instante, y no quieres que acabe nunca.