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Esa clase social llamada educadores familiares…

Publicado el 08 octubre 2013 por Mamaquesabe @mamaqsabe

Disponer de un hijo de nueve años que confía en ti para contarte sus aventuras vitales, así como las de aquellos otros niños de nueve años que lo rodean… no tiene precio para hacerte una idea de por dónde va la educación familiar en esta sociedad. Ayer tuve uno de esos ratos donde no podía evitar sonreírme por lo que me contaba a la vez que pensaba: ¿y se reirían los otros padres si se enteraran de lo que van contando sus hijos?

niños educados

Fue la primera vez que mi hijo me hacía preguntas sobre las relaciones sexuales. En un principio pensé que ya iba tocando, (lástima que su padre se lo perdiera por estar en una reunión ;-) ) y que sería propiciado por el tema de Conocimiento del Medio que están trabajando en el colegio: el aparato reproductor. Pero no, de eso ya no tenía dudas este pequeño… Él quería preguntarme si era posible que se mantuvieran relaciones sexuales siendo tan pequeños, porque había 4, 4, 4 niños de un grupo de 12, de nueve años todos, que ya decían que mantenían relaciones sexuales. Bueno, en realidad ellos decían “follar, porque así no se tienen hijos…”. Y bien elegido el término añadiría yo, aunque no sea esa su explicación, porque ya que no había amor en esa conversación, no se utilizaban en balde palabras más significativas.

-¿Y los demás os lo creíais?- le pregunté.

-Bueno, ya sabes quienes son… seguro que exageran- me respondió. ¿Exagerar o inventar?- pensé yo…

Bueno hijo, ya sabes cómo es el cuerpo de una mujer y el de un hombre. Y ya sabes cómo nos reproducimos. Como el resto de animales y seres vivos la naturaleza nos permite relacionarnos de forma sexual, unas veces con la finalidad de reproducirnos y otras sin ese fin. Pero la diferencia que el ser humano tiene cuando se relaciona de esa forma es que puede hacerlo fundamentado no solo en una sensación placentera o con el fin de perpetuar la especie, sino con el fin de hacerlo con aquella persona a la que amas tanto como para desear formar tu propia familia. Y esa sensación es la que solo se podrá experimentar cuando uno tiene una edad mental lo suficientemente madura ;-)

A tu pregunta: sí, se podrían mantener relaciones sexuales, y sí, siempre que se realicen de forma inconsciente y sin precaución se puede formar una nueva vida si los cuerpos han alcanzado un mínimo de madurez. Pero serían embarazos de mucho riesgo porque el cuerpo de una niña necesita seguir creciendo para albergar a un bebé en su interior. Así que hay que alcanzar una madurez física y mental para entender todo lo que suponen las relaciones sexuales en el ser humano.

Ummmmm, así, en una conversación de aquí te pillo aquí te mato ;-) no se me dio muy mal salir del primer apuro… Dudé si no le había dado suficiente explicación o si había evitado alguna respuesta que el quisiera obtener de mí. Así que seguí: … no sé si he sabido explicarme, hijo. ¿Lo comprendes?

-sí, bueno, mamá, en realidad solo me interesaba si podía ser verdad lo que me habían contado, ya me lo cuentas otro día porque ahora estoy viendo los resúmenes del fútbol- le oí mientras seguía con la cena y yo tendía la ropa de la lavadora.

La infancia es más que criar

Y es que esa sí me pareció una reacción normal para un niño de 9 años. Su mayor interés era el fútbol… porque de las relaciones sexuales ya sabe lo suficiente para su edad. Me dio pena pensar en la ignorancia con la que aquellos niños hablaban, en la falta de educación (además de la falta de conocimiento sobre una sexualidad adaptada a su edad), y me dio pena pensar en la ignorancia de aquellos padres que probablemente tengan sobre sus hijos. Todos son niños de una clase social que podríamos denominar media-alta. Así que olvidémonos de pensar que la clase social económica a la que pertenecemos determina el futuro de nuestros hijos.

En otros términos podríamos entrar sobre clases sociales y futuro, pero hoy quería invitar a otro tipo de reflexión: la distinción social que origina la educación. Esa que no tiene cuna monetaria, sino cuna familiar. Esa que no tiene en cuenta a qué colegio elitista o humilde llevamos a nuestros hijos. Esa que no tiene en cuenta el billetero de sus padres, sino la educación que acumulan en sus hogares… Esa clase social llamada familia educativa que enseña a vivir la vida con elegancia independientemente de sus salarios, que enseña valores, que enseña emociones, que enseña sentimientos, que enseña experiencia vital y no solo conocimientos.

Crecí en una familia social acomodada, y me hice a mí misma en una familia humilde que se puede acomodar a la vida que elegimos en parte y a la que nos toca vivir. No busco dejar a mis hijos ninguna herencia más allá que la educativa, porque tengo la certeza de que no podré dejarles nada mejor de cara a su futuro. No me incluyan en ninguna otra clase social, porque no los incluyo yo a ustedes tampoco. Pero eso da igual… Lo que importa es en qué clase social quieren ustedes incluir a sus hijos:

¿en la educativa, o en la se improvisa sin un plan educativo aún a riesgo de lamentarse cuando lleguen nuevas etapas en la crianza de sus hijos?

La infancia necesita algo más que crianza, necesita educación familiar.


Esa clase social llamada educadores familiares… Esa clase social llamada educadores familiares…

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