Revista Talentos
Esa linea tan frágil.
Publicado el 15 noviembre 2015 por LlunaNunca se les paso por la mente ser capaces de cruzar esa linea tan frágil entre la amistad y algo más pero pasó, a pesar del temor a dejarse llevar por su instinto poco podían imaginar que un instante el giro que darían sus vidas, eran dos corazones esperándose .
Alberto y Lola se conocieron en una cena entre amigos, sus parejas Lucia y Juan viejos amigos , a pesar de nunca haberlos mencionado a sus compañeros, se encontraron después de varios años sin verse , decidieron organizar una velada y ponerse al día de sus vidas, tantos años daban para una larga noche , ellos decían que fue algo casual, para Alberto y Lola el destino, Lucia y Juan no dejan de charlar y reír recordando miles de anécdotas Alberto y Lola al principio se sentían como fuera de lugar a pesar de que sus parejas intentaban introducirlos en sus conversaciones, de repente eran dos conversaciones distintas, tardaron poco en verse como amigos, eran muy parecidos en sus ideas, gustos, modo de entender la vida, esa fue la primera de muchas salidas, ya era habitual el viernes noche quedar los cuatro para cenar y a nadie sorprendió que Alberto y Lola no se separarán aunque Lucia y Juan en ningún momento imaginaran que ese feeling entre ellos con el tiempo podía abrir una puerta a algo más intimo.
Las dos parejas eran solidas, su relación era excelente, aun parecían disfrutar su luna de miel, pero a veces la vida juega con las personas tal cual y les pasó, Alberto comenzó a ver a Lola distinta, se sorprendía pensado en ella, imaginando como sería abrazarla, aunque rechazaba aquella broma de su mente, alguna vez cuando Lucia le decía que verían a la otra pareja se contenía de decirle a su esposa que mejor no, pero callaba porque era lo más deseaba ver a Lola, a pesar de que cada vez le resultaba más difícil tenerla cerca y tratarla como a una amiga, intentaba mantenerse lo más alejado de ella, no quería que un descuido alguien advirtiera como la miraba, pero fue ella quien muy sutilmente le insinuó lo cómoda que se sentía con él, la imaginación de Alberto se disparó la veía entre sus brazos besándola, aquella mujer menuda de cabello azabache despertaba algo tan especial en él y parecía que él en ella también. Después de ese día dejarían por un tiempo de verse a Juan le esperaba mucho trabajo incluso los fines de semana, Juan se ocupa de la administración de diversas empresas, en unos días les esperan auditorías, debe revisar documentaciones, pero Lucía le propone a Lola quedar alguna tarde las dos, Lucía aprecia a Lola igual que a Juan, lo cierto es que las dos mujeres tienen mucho en común quizás más de lo que imaginan, a Lola le parece buena idea aunque piensa que es lo que siempre se dice y nunca se hace.
Alberto no consigue dejar de pensar en Lola, desea tanto verla, por su mente cruza la idea de llamarla aunque sea para saludarla pero no es buena idea si supiera que a ella le sucede lo mismo, su lucha por evitar encontrarse con él ´casualmente`.Un jueves a media tarde suena el teléfono de Lola,responde sorprendida es Lucía que la invita a tomar café el viernes y después, si le apetece pueden ir de compras, Lola duda pero acepta, se encontrarán en un cafetería frente a la casa de Lucía y Alberto, a pocos metros de un gran centro comercial. El viernes a las seis Lola entra en la cafetería, Lucía le espera en una mesa, camina despacio hacia ella, ambas se saludan con un beso en la mejilla, frente a unos chocolates calientes charlan animadamente, Lucia entra en temas íntimos con Alberto, Lola calla y escucha se siente violenta por lo que sugiere ir al centro comercial, pasan una tarde muy agradable Lucía propone una comida en su casa un domingo, aunque Juan esté sobrecargado de trabajo igualmente tiene que comer pues puede perder un par de horas con sus amigos, Lola debe consultar con su marido queda en llamar a Lucía con la respuesta, Lola desea que acepte pero espera que no lo haga, han pasado cinco semanas desde que no ve a Alberto, sabe que le resultará muy difícil tenerlo nuevamente frente a ella y ocultar lo que despierta en ella, al llegar a casa Juan aún no está allí, guarda la compra, esta noche prepara una cena especial para él, Juan es un buen hombre le ha dado una vida maravillosa, se merece tanto, suena el teléfono Lola responde sin ver quien llama, la voz que le habla la deja petrificada es Alberto, el nerviosismo de Lola es evidente, la excusa se Juan para llamarla es saber el vino preferido de Juan para la comida en su casa, ella sabe que tan solo quiere escuchar su voz, Lola tartamudea al darle el nombre del vino, se siente ridícula, es una mujer adulta casada con un hombre que la adora, en ese momento entra Juan, Lola se despide de Alberto y abraza a su esposo, le susurra cuanto lo ama, Juan la besa dulcemente la llama cariñosamente ‘mi muñeca’, ella aclara la voz y le cuenta la tarde con Lucía y la invitación, a Juan le parece buena idea, ya tiene el trabajo controlado y le apetece encontrarse con sus amigos, mañana les llamará él para aceptar y concretar el día Lola baja la mirada, la voz de Alberto ha despertado a la mujer apasionada que es, toma de la mano a Juan y tira de él a la habitación, Juan sorprendido y complacido la sigue, hacen el amor como Juan no recordaba, Lola es un volcán entre sus brazos, se duchan juntos como tiempo atrás entre juegos y besos, después Juan la contempla feliz le dice salir a cenar a ese lugar que a ella tanto le gusta, a ella le parece bien, pero mejor el sábado, la cena está preparada despues de su pelea entre las sábanas es mejor quedarse en casa disfrutar el momento.
El sábado a medio día Juan saca a pasear al perro, mientras camina no deja de pensar en la otra noche y cuanto ama a su mujer, pasa frente a una joyería en el escaparate ve una pulsera preciosa, sabe que a Lola le encantará, no lo piensa y entra a comprársela, la verdad es que la ha tenido un tanto desatendida, a veces priorizamos el trabajo cuando lo más importante son las personas, de pronto recuerda que tiene que llamar a Lucía, por lo que saliendo de la tienda se sienta en un banco mientras el perro corretea y marca el número de su amiga, se verán el próximo domingo, después regresa a casa con el regalo para Lola, ella también ha salido, se ha acercado al supermercado, su cabeza es como una olla a presión, no entiende porque Alberto la vuelve tan loca si nunca lo ha rozado siquiera, pero ayer en la cama hacia el amor con él no con Juan, miraba a su esposo y era Alberto, estas semanas de alejamiento han despertado en ella algo que prefiere negarse, ambos llegan al mismo momento, al verla Juan la besa dulcemente, mientras él se cambia ella acaba de preparar la comida, después de comer, a los postres Juan ilusionado le entrega el paquete con la pulsera, Lola al verla deja escapar un suave grito, ella la había visto en la tienda y quedó prendada, abraza a su esposo mordisqueándole el oído, ella ve a Alberto, siente miedo en un descuido lo puede llamar así.
La semana pasa, el viernes de nuevo se encuentran Lucía y Lola, ultiman los detalles de la comida, Lucia le cuenta a Lola que Alberto desde un tiempo parece preocupado, distante, pero ella le pregunta y él cambia de tema, Lola sonríe le dice que Juan y ella están muy bien, ahora que él ya dispone de más tiempo para ella, le cuenta que el sábado noche cenaron en una tasca del Barrio Gótico, después se fueron al cine y de copas, entre confidencias pasan la tarde, sobre las ocho se despiden Lola camina despacio hacia el metro, ensimismada en sus pensamientos cuando ve a Alberto frente a ella, Lola nota el rubor en sus mejilla, se siente como una quinceañera, se besan en la mejilla pero muy cerca de los labios, como si una barrera invisible impidiera llegar a ellos, Alberto la invita a tomar algo, ella quiere rechazarlo pero acepta, van a un bar dos calles más allá, es un lugar tranquilo, Lola le dice que acaba de dejar a Lucía él le responde que lo sabe, las estaba viendo a distancia como se despedían, esperando que se quedara sola para acercarse a ella, necesita hablarle pero no sabe si podrá, realmente quiere tanto de ella, Lola guarda silencio, le mira a los ojos solo le dice que lea en ellos, Alberto paga la consumición, le propone llevarla a casa en su coche, mira la hora , es tarde para ir en el metro, Lola le dice que Juan está a punto de llegar a casa, Alberto sonríe y la tranquiliza, son unos minutos hasta su casa, pero Alberto se desvía, Lola le pregunta donde van, él le responde que no tema, se detienen en un rincón cerca de la playa, Alberto no consigue controlarse, la besa y acariciándola suavemente ella no se resiste, disponen de poco tiempo, tan solo es un aperitivo, Lola lo abraza, quiere seguir pero no puede ser, les basta sentirse cercanos, Alberto la lleva a su casa, antes de llegar a su portal la besa de nuevo, el fuego recorre sus cuerpos, Lola prefiere bajarse del coche allí mismo, caminar un poco y tomar el aire le ira bien, Juan la ve venir y la espera en la puerta, juntos entran en casa, Alberto conduce despacio hacia su casa, al llegar Lucía canturrea mientras prepara la cena, él la besa y se va hacia la ducha, Lucía espera a su marido con la mesa preparada, Alberto intenta mostrarse tranquilo y cariñoso con ella, Lola le ha comentado la preocupación de Lucía, charlan durante la cena , Lucía, entusiasmada, le cuenta su tarde con Lola y lo que le apetece verlos el domingo, más tarde toman café frente a la televisión y Alberto tantea a su esposa, comienza a acariciarla como hacia en el coche con Lola, imagina que es ella, Lucía se siente feliz pensado que todo va bien,hacen el amor, Alberto se deja llevar como si estuviera con Lola, enloqueciendo a Lucía, pasan horas abrazados, Lucía contempla a su marido enamorada.
El día clarea, Lola sentada en el balcón sueña con Alberto, aún puede sentir sus manos, sus húmedos besos, la envuelve una nube de ilusión pero al mismo tiempo acepta la realidad aquello no puede pasar a más, ella ama a Juan en mala hora se reencontró con Lucía, hasta entonces su vida era tranquila, quizás un poco monótona pero es lo que suele pasar con los años que ya todo está descubierto, suspira y regresa dentro, escucha a Juan por la cocina.
La luz de sol entra por las rendijas de la persiana, Alberto se despierta y mira a Lucia que duerme tranquila,piensa en Lola, posiblemente también esté dormida, es una locura pero ¿y si la llama para escuchar su voz?, descarta la idea, la razón se impone a las fantasías, es un adulto con los pies en la tierra, pero esa mujer a despertado en él sensaciones dormidas, en su interior lucha contra aquello puede pelear por seguir en la realidad o dejarse vencer sin pensar en lo que pueda pasar, quizás el fuego que recorre su cuerpo al pensar en Lola logre afianzar aun mas su relación con Lucia está noche hicieron el amor con más pasión que nunca, le dará una sorpresa a Lucía, se viste para salir a caminar por la playa como suele hacer los días festivos y a su regreso pasará por la pastelería a comprar unas ensaimadas rellenas de chocolate que a Lucía le encantan.
Frente al mar imagina a Lola junto a él, suspira intentando borrar esa imagen de su mente cuando el teléfono suena, responde un tanto nervioso, es Lola, tras saludarlo pregunta si puede hablar, Alberto le dice si puede escaparse un momento está en la playa, en diez minutos se reunirá con él, Alberto la espera impaciente, en el tiempo acordado la ve llegar vestida con ropa deportiva y él cabello recogido está muy hermosa, se saludan con un espontaneo beso en los labios,sus miradas quedan fijas, ella intenta desviarla pero le resulta imposible, ese hombre le fascina, caminan uno junto al otro, Alberto sutilmente le coge la mano, ella sonríe complacida, en esos momentos no le importa que alguien les puede ver, Lola le pide que busquen un lugar tranquilo, Alberto conoce una cala muy discreta, a ella le parece bien, llegan al rincón dicho por Alberto sentados en la arena uno frente al otro se miran en silencio, las palabras sobran cuando sus labios se encuentran, se besan y acarician,las manos de Alberto se pierden bajo la ropa de Lola, ella gime complacida juguetean como dos adolescentes , ocultos entre las rocas, Alberto le susurra al oído cuanto le atrae, ella calla y aprieta al hombre contra su pecho como si quisiera sentirlo en los más profundo, se desean locamente, yacen abrazados cubiertos por sus chaquetas, Lola lo mira y sonríe, Alberto la besa una y otra vez, el teléfono de Lola suena es Juan, retornan a la realidad, Lola aclara la voz y responde a su marido, es hora de regresar, hay que separarse, se levantan y arreglan sus ropas a toda prisa, mañana se verán los cuatro, sus parejas no pueden intuir nada de lo que ellos anhelan, Lola prefiere despedirse allí mismo, Alberto no la quiere dejar marchar, necesita verla pronto hoy se ha quedado con ganas de ella,Lola vuelve la cara no quiere que Alberto la vea llorar, le dice que el lunes se encontrarán hay mucho de que hablar, él accede, le enviará un mensaje del lugar y la hora, Lola sin mirar atrás acelera el paso.
Alberto antes de llegar a casa entra en la pastelería, no hay ensaimadas compra unos bollos de nata, Lucía lo espera con la cafetera recién hecha, mientras ella prepara la mesa él se dará una ducha sin dejar de soñar con Lola, mientras desayunan Lucía habla y habla de la comida de mañana, de lo encantadora que es Lola.
Lola abre la puerta de su casa, Juan la observa, la nota alterada, le dice que ha estado corriendo por la playa, Juan la toma por la cintura, ella mantiene la calma, su esposo la abraza Lola evita rechazarlo,Juan necesita amarla como la noche anterior, ella le convence de que a la hora de la siesta seguirán donde lo dejaron con un pícaro guiño entra en el baño, necesita una ducha, se estremece al pensar en mañana los cuatro juntos como si no pasara nada, espera que todo salga bien.
El domingo a mediodía Lucía ultima los detalles de la comida, ha encargado una pierna de cordero, ella prepara los aperitivos, Alberto la ayuda con la mesa, está todo perfecto, menos su mente prefiere no pensar en ello ya lo hablarán el lunes, el timbre de la puerta suena, ya llegan , Alberto abre, su mirada se pierde en la de Lola, Juan entra golpeándole en el brazo cariñosamente llamando a Lucía que se cuelga de su cuello, Alberto y Lola se saludan con un tímido beso en la mejilla, ella se siente cohibida, Juan guarda en la nevera de sus amigos una bandeja de pastelitos y una botella de champagne. Es la hora de comer, los cuatro sentados frente a los aperitivos charlan y ríen, Lola y Lucia van y vienen de la cocina, Lola evita mirar a su amiga cara a cara si Lucia supiera cuanto desea a Alberto, a pesar de la tensión entre Lola y Alberto lo pasan bien, Juan y Lucía no dejan de hablar ni un segundo comparten tantas historias sin darse cuenta es media tarde, toman café cuando Juan le dice a su esposa que ya va siendo la hora de regresar a casa, aún le queda algo de tarea que acabar y mañana es el día de la entrega, Alberto y Lucía los acompañan hasta el portal, ellos darán un paseo para bajar la comida, se despiden hasta la próxima semana, las miradas de Alberto y Lola se dicen hasta mañana. Unos se dirigen a su coche los otros se cogen de la mano y caminan hacia el paseo Colón.
Al llegar a casa Lola se recuesta en el sofá mientras Juan acaba su tarea, ella fantasea y se ve entre los brazos de Alberto, imagina como sería hacer el amor con él, aunque aleja ese pensamiento, su realidad es Juan, no entiende que le pasa adora a su marido. Alberto y Lucia caminan, ella le cuenta lo a gusto que se siente con sus amigos, lo parecidas que son ella y Lola, Alberto prefiere no escuchar a su esposa, al pensar el Lola su cuerpo se enciende, Lucia se ve tan feliz.
Al salir del trabajo el lunes Alberto le envía un mensaje a Lola, la espera a las seis en la Plaza Real, al momento ella responde allí estará, en menos de una hora se encontrarán, Alberto llega unos minutos antes que Lola, él está en un columna, al verla suspira, se besan, Alberto la mira a ojos, ella entiende lo que insinúa , Alberto le coge la mano y tira de ella, a pesar de que no disponen de mucho tiempo, entran en una pensión y pide una habitación, entran besándose largamente, Lola tímidamente desabotona la camisa de Alberto las manos de él se escapan bajo la blusa de ella, para que perder más tiempo, ambos de desnudan se desean tanto que no necesitan preámbulos, bajo las sábanas se aman, Lola gime, suspira, mientras Alberto le hace el amor, complacido contempla el cuerpo de ella, es el más hermoso que ha visto ella coqueta hace un mohín, Alberto quiere amarla otra vez pero no es posible, hay que regresar a casa, Lola besa a su amante abrazada a él, como si intentara que ese momento fuera eterno, se visten y dejan la habitación, Alberto propone a Lola acercarla a su casa pero ella prefiere tomar el metro, si continua cerca de él le será imposible dejarlo marchar, se despiden donde se encontraron, su conversación pendiente ha sido bajo las sábanas. Lola llega a casa Juan aún tardará , entra en su habitación llorando, que le está pasando, se promete que no habrá próxima vez, Juan la llama que no lo espere a cenar, le ha invitado un cliente a ella le parece bien, cuando él regrese ella dormirá. Alberto durante el camino a casa no logra borrar a Lola, su cuerpo, como hace el amor, teme entrar en casa suspira aliviado ya no recordaba que hoy Lucia vendrá tarde, de vez en cuando se encuentra con unas amigas de su juventud a las que él ni siquiera conoce , después de lo vivido esta tarde necesita estar solo, no le preocupa cuando llegue ella, se prepará algo de cenar y se acostará.
El despertador suena para Alberto, Lucía duerme junto a él no lo ha oido, con un suave golpecito en el brazo la desvela, Lucía adormilada se levanta de la cama y como un autómata va a la cocina mientras Alberto se ducha sin dejar de pensar en Lola la imagina allí con él, coge una toalla y se seca mientras Lola lo llama, el café está a punto, ella no tiene prisa, Alberto sale vestido, se sienta unos minutos con la taza en la mano y se marcha, el tiempo corre tiene que apresurarse es una hora conflictiva para el tráfico.
Juan besa a su esposa antes de salir de casa, él es muy madrugador, Lola siempre aprovecha los cinco minutos más tan peligrosos, se prepara tranquilamente, toma un vaso de leche con cacao, se mira al espejo intentando alejar la imagen de Alberto y ella la otra tarde y se va de casa, como es habitual entra en el metro se mezcla entre la multitud, es difícil encontrar algún conocido no le apetece hablar con nadie,al llegar a su parada un mensaje, es Alberto que le da los buenos días, Lola sonríe, quiere huir de él pero realmente desea abrazarlo.
Pasan las semanas, Alberto y Lola mueren por verse y tenerse pero se limitan a enviarse mensajes, Alberto se decide y le pide a Lola volver a encontrarse como aquel día, hoy es cuando Lucía llegará tarde Lola acepta, lo que Alberto le hace sentir es más fuerte que todo, van al mismo lugar donde se amaron por primera vez, hoy disponen de más tiempo para disfrutarse, al acabar toman un refresco en una terraza, Lola pregunta a Alberto si no le sorprende que sus parejas no hablen de organizar alguna salida los cuatro él asiente pero como Juan siempre está saturado de trabajo, Lola le dice que Lucía ya no la llama y de repente dejan de verse los cuatro quizás Lucía y Juan hayan discutido y estén distantes, Alberto piensa que lo habían mencionado, dejan el tema es tarde ya, en esta ocasión Lola acepta que Alberto la acerque a casa aunque la deje a dos calles , Lola ve el coche de Juan aparcado allí pero a esa hora debería estar en la otra punta de la ciudad, Juan sale de un edificio y Lucía tras él abrazada a la cintura del hombre , Alberto y Lola no lo pueden creer, ellos temerosos por serles infieles y en realidad lo eran Juan y Lucia, posiblemente organizaban los encuentros entre los cuatro para verse a menudo sin que nadie sospechara que había algo entre ellos, pero lo que no esperaban es que Alberto y Lola se enamoraran, descubrirlos fue lo mejor que les pasó, podrían aclarar todo y dejar de sufrir por no poder estar juntos. Al llegar a casa Lola llama a Lucía, que aún está con Juan, y le propone una comida el domingo en su casa los cuatro, Lola intenta que su voz parezca seria acepta, el rostro de Juan es de incomodidad, besa a Lucia y se despide ella hasta el domingo que se comportarán como viejos amigos.
El domingo Lola tararea una romántica canción en la cocina ultimando los detalles, mientras Juan pasa la mañana mal humorado, Alberto sale a caminar un rato necesita despejar la mente, Lucía aún duerme, a mediodía Alberto regresa a casa tiene que arreglarse para la comida, Lucia lo espera preparada y sonriente, durante el trayecto apenas hablan, Lucía aparenta seguridad, llegan a la casa de sus amigos, llaman al timbre, Juan abre la puerta mostrándose amable como siempre, Lucía y Juan se saludan efusivamente como es su costumbre, no imaginan la sorpresa que les espera, Lucia guarda en la nevera el pastel de fresa que Alberto a comprado esta mañana, charlan distendidos durante la comida, el postre lo tomarán en el salón, Lola va a buscarlo, Alberto la acompaña, regresan en unos segundos, Lucía y Juan ríen pero sus risas acallan al ver las fotos que hay sobre el pastel, a Juan casi se le cae la copa que sostenía, Lucia ruborizada no sabe donde mirar, sobran las palabras, las fotos hablan por si solas, tras una larga conversación Lola y Alberto sugieren a sus parejas que lo más adecuado es acabar con sus matrimonios, son años de relación y vivir una doble vida, además Alberto y Lola anuncian que están enamorados y que ellos mismos les han abierto el camino para poder estar juntos, Lucía no está dispuesta a dejar marchar a Alberto, para ella Juan era solo un entretenimiento, pero ya es un poco tarde, Juan contrariado se marcha en ese momento, hasta que se resuelva todo estará con su hermana.
Lola y Alberto comienzan a planear su vida juntos, han encontrado el amor más hermoso y sincero por un engaño, Juan y Lucía cada cual sigue su camino, tras un tiempo de alejamiento se buscan de nuevo como solían hacer hasta que uno de los dos decida poner el punto final.
Magda Jardí
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