El espacio entre el cuerpo y esa sombra está vacío. Vacío está el puente de los pies hasta el pelo. El pelo es transparente entre girasoles y catedrales. Catedrales desarman campanadas para el alma y la carne. La carne llama vicio a lo que está vacío. Vacío es el tumulto del oído y el pálpito. El corazón se deslate tras la matanza del viento. El viento huele el ciclo de la muerte, la vida,la muerte. La vida arrastra el óseo, el ocio, el turbulento y el himno de lo inmóvil alza orgullo como una bandera. Abanderada la paz, no tiene prisa. Pisa el ritmo del cansancio y seca el aire.El aire lame la sed para oxidarla.El espacio entre el cuerpo y mi sombraestá vacío.Se desprendepero siempre resta un hilo.
Foto: Tere Korondi.