Escribiendo sin escribir

"¿De qué escribiré hoy? "

Verano, el silencio se puede palpar con la palma de la mano, afuera las palmeras susurran entre ellas palabras inapreciables por otros seres, y en el interior de la habitación es el sonido del bolígrafo al rozar el cuaderno lo que permite empezar conversaciones entre la tinta y el papel. Las chicharras comienzan su cántico del medio día mientras la mayoría de las personas, se dedican a estirarse en sus camas para disfrutar de una siesta bien merecida… Pero solo, la mayoría de ellas. Sobre una de esas camas se encuentra una niña con la mirada fija en cientos de palabras que va transformando en historias, historias que al igual que una pieza de música se va completando a medida que la tinta de forma furiosa se va adhiriendo sobre las páginas que se encuentran delante suyo… Cada verano hacía lo mismo, un mes entero rodeada de arena de playa, brisa suave, chapoteos en la piscina, amores platónicos de verano, helados de dos bolas, horchata fresca, aeróbic cerca del mar, cenas de tellinas… Y sobre todo noches de tumbona mirando a las estrellas desde la terraza. Tranquilidad asegurada, tranquilidad mezclada con los arañazos en sus estómago, los cuales le provocaban en el momento en que el silencio se apoderaba de la habitación, ir corriendo a su cuadernos para escribir historias o sentimientos que se entre mezclaban en su interior.

Con el paso de los años aquel viejo cuaderno se transformó en otros nuevos, hasta que un día la tecnología se plantó ante ella retándola, de la misma manera que un genio se sienta delante de alguien para hacerle cumplir sus tres deseos. La tinta se convirtió en un puntero intermitente que iba escupiendo en una pantalla de plasma, las mismas ideas que ella había escrito en años anteriores sobre hojas que ya habían adquirido un bonito color crema… De sus archivos de word pasó al mundo de internet, un lugar nuevo que le abrió otras puertas, donde comenzó a leer otros mundo, donde le dio la oportunidad de ser leídas por personas que no la conocían, que no sabían nada de su existencia pero que compartían con ella opiniones, sueños, sentimientos y sobre todo exponían su propio criterio.

Y de repente ayer un e-mail llegó a su correo… Primero se sorprendió, luego se sintió halagada y finalmente… Simplemente sonrió, porque aquel e-mail le comentaba que había sido seleccionada: “autor del día”, puede ser una tontería pero hay pequeños detalles que te hacen simplemente sonreír.

Desde aquí mi sincero agradecimiento a todas las personas que hacen posible un portal como es “PaperBlog”, los cuales permiten conocer a personas con gran talento escondidas tras seudónimos o simplemente tras su propio nombre. Y a los que les doy las gracias por haberme seleccionado como autor del día durante todo el día de ayer. También un gracias especial a Natalia.