Revista Deportes
Escribir cuando vas un gol en contra
Publicado el 25 mayo 2014 por CalvodemoraNo poseer una familia disfuncional malogra que uno sea uno de esos atormentados a los que los guionistas recurren para encauzar una trama aburrida. Uno podría haber llegado lejos, quién sabe. No se puede escribir mirando hacia atrás con ira si no hay nada atrás a lo que pueda mirarse arrojando ira. Digamos que escribir es un acto puramente lúdico si has nacido en una de esas familias sin aristas, exenta del encanto que otras, más azotadas por la fatalidad, ofrecen a quien se sienta a observarlas, pero ay si has nacido en una familia reprobable, de las que ocupan los reality en los grandes horarios, de ésas que escandalizan a los de proceder recto y modales intachables. Sé yo que hay familias en apariencia modélicas que esconden cuervos debajo de la cama. El desquiciado Willy Wonka no daba crédito a la familia: sostenía que no fomentaban la creatividad. En realidad a la creatividad se la emborrona siendo feliz, sea o no la familia la que contribuya al sostenimiento de ese rango del ánimo. Triste, apesadumbrado, se escribe mejor. No tengo duda alguna. Todo lo que yo haya podido escribir bien no proviene de estados de júbilo. No conozco ningún escritor al que admire cuya literatura no refleje el dolor de la vida que practican. De hecho hay vidas de escritores que podrían ser tramas de las novelas o de los cuentos o de los poemas que hicieron. Si esta noche pierde el Real Madrid, equipo al que le profeso la simpatía que no dispenso a otros, escribiré las líneas más tristes. Si gana mi equipo, en fin, estamos en el descanso y Godín ha dejado en evidencia a Casillas y vamos uno en contra, no creo que me siente aquí y refleje la alegría que me traspasa. La alegría se comparte sin que intermedie la palabra escrita. Salvo que sea Benedetti. Admito discrepancias.