Revista Literatura

Escribir sin acabar hecho una almeja

Publicado el 17 mayo 2011 por Migueldeluis

Escribir sin acabar hecho una almejaLa silla mata. ¿Entonces qué hacer cuándo uno tiene un trabajo sedentario y encima escribe? Se me ocurrió que usar una grabadora.

Problemas

Creo que ir andando por la calle con una grabadora puede causar cierta sorpresa mientras uno está dictando un post. Buscar zonas tranquilas y solitarias puede llegar a ser peligroso. Incluso en la propia casa puede causar más de una suspicacia. Salvo que tengáis más rostro que un servidor el tema compromete.

Hemos relacionado durante mucho tiempo el pensar con el estar sentado. Caminar no parece el mejor modo de pensar. Nos causa extrañeza que se pueda salir del paradigma del pensador sedente.

En realidad es difícil corregir cuando uno va hablando. Incluso en un podcast básicamente se lee un texto, o por lo menos se desarrolla un guión.

Lo bueno

La principal ventaja es la salud. Caminar mientras uno “escribe”, ya me entendéis, supone que uno está realizando aquello para lo que se supone que nuestro cuerpo ha evolucionado: andar. Lo repito, nos puede gustar o no, tratar de resistirnos o buscar excusas, pero las pruebas se acumulan y los hechos son tozudos: moverse es una necesidad vital. ¿Te lo pongo trágico? La silla mata. ¿Te lo pongo positivo? Andar es vida. ¿Merece la pena pasar por este experimento? Sí.

Caminar genera creatividad. Quizás más desordenada, pero desde luego también mucho más fresca, más infantil y ágil. Será por qué oxigena las neuronas, porque nos enfrenta a los estímulos que nos salen por el camino o sabrá Dios por qué. Bueno, a mí me funciona. Mi parte sedentaria le gustaría que no fuera así, pero lo es. El deporte y el caminar me ayudan a pensar mejor.

Uno tiene que pasarlo a texto, y eso nos obliga a corregirnos. Esta forma de trabajo impide tener la tentación de terminar pronto sin mirar. Algunas ideas que nos vinieron a la mente habrá que desecharlas. Otras que apenas esbozamos habrá que desarrollar.

¿Vale la pena?

Pues esto es lo que pretendo probar. No en el sentido de ver que listo que soy, sino poder mostrarme a mi mismo, si este sistema es mejor para desarrollar un escrito. De momento estoy usando un viejo móvil de mi hermano con función de grabación de voz y un par de gigas de tarjeta.

No he hecho es un dictado al uso. Imposible porque no tenía sentido copiar un borrador. Más bien he escuchado la grabación dos veces mientras iba escribiendo. Y luego he añadido cosas.

La cosa parece haber funcionado en este post. Pero es muy pronto para decirlo. Pude grabar un borrador en un tiempo muy breve. Las ideas volaron y traspasarlo y corregirlo ha llevado muy poco tiempo. En cualquier caso debéis tener una velocidad mecanográfica decente. Si no dudo mucho que merezca la pena -razón de más para que aprendáis-.

Lo que no tengo ni idea (todavía)

Vale, parece que funciona para post cortos. ¿Y para una novela? Dentro de poco os cuento.

Mi idea es grabar pequeñas “perícopas”. Con ello me refiero a las más pequeñas unidades narrativas con sentido. Ejemplo clásico: una de las parábolas de la Biblia. Una vez tenga estas perícopas las paso a texto y… veremos a ver que pasa. Espero que funcione, necesito la luz del día.

Recomendados

  • La silla mata

Todo Sabia Vida

Suscríbete por RSS | Correo E | Sígueme en Twitter


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revistas