ESCUCHANDO AL JUEZ GARZÓN
El cazador cazado
Publicado por Javier Serrano en laRepúblicaCultural.es:
http://www.larepublicacultural.es/article4207.html
Un piso en Madrid. Dos hombres, frente a frente, a ambos lados de una mesa con sendos vasos de agua. A su lado un ventanal por el que la luz inunda la pieza. Todo ello en blanco y negro. No puede haber una puesta en escena más sobria para un documental. Conversan. Uno de los hombres, el periodista Manuel Rivas, se limita apenas a dar el pie para que el otro se pueda explayar a sus anchas. Ese otro es el juez Garzón (moderno Josef K. de El Proceso) a quien por fin tenemos oportunidad de poder escuchar, después de que empezara su particular calvario con la Justicia española.
La entrevista tuvo lugar en diciembre de 2010. El juez nos habla de algunos de los casos más importantes en los que ha estado involucrado: el narcotráfico gallego, el caso Pinochet, los GAL… Y por fin aborda, como respuesta a las preguntas del periodista que tiene enfrente, el meollo de la película: la causa que más le preocupa desde hace dos años: su posible apartamiento definitivo de la Justicia. La luz que entra por el ventanal es por momentos cegadora, como la Verdad resplandece sobre las sombras. Según él, todo empieza a raíz de su investigación de la trama Gürtel. A partir de ese momento toda una serie de coincidencias en forma de querellas se van alineando en su contra, sin que tenga posibilidad de defenderse: se le acusa (a instancias de Falange Española de las JONS y del sindicato ultraderechista Manos Limpias) de prevaricación (el peor cargo que se le puede imputar a un juez) por haberse declarado competente para investigar los crímenes de la Guerra Civil y el franquismo; de prevaricación por las escuchas practicadas a los involucrados en la trama Gürtel y a sus abogados; de prevaricación y cohecho por el posible dinero cobrado del Banco de Santander en unos cursos impartidos por el magistrado en una universidad de Estados Unidos. Los hechos son considerados por el Consejo General del Poder Judicial lo suficientemente graves como para provocar su suspensión temporal (y ya van dos años) de su condición de juez, en espera de un juicio que no llega.
Garzón se defiende en la cinta de esas acusaciones. Gesticula, por momentos se indigna, levanta la voz… Es obvio que está harto de todo este proceso kafkiano y desea que todo termine de una vez, en un sentido u otro. A pesar de tener a gran parte de la prensa conservadora de este país en su contra (y con ella a una parte importante de la opinión pública), el juez no se doblega: pase lo que pase, asegura, su idea de Justicia permanecerá intacta.
La película termina con una pregunta que hace el juez a su entrevistador (y con él al escaso público asistente): ¿Cómo ve él (el periodista), desde fuera, todo este proceso, este acoso contra su persona? La cuestión queda suspendida en el aire, sobre un fundido a negro. Títulos de crédito. Aplausos del público asistente.