Constantemente pedimos a nuestros hijos que nos comprendan, pero ¿realmente les comprendemos? Muchas veces nos cerramos a sólo dar órdenes, a imponer reglas, a velar por que se haga lo que creemos que les conviene… Pero tristemente, eso quiere decir que todo gira a nuestro rededor: constantemente mostramos una actitud sacrificada, de sufrimiento, nos victimizamos ante ellos, les chantajeamos constantemente con lamentos como: “Hijos míos, comprended… …lo mucho que hemos sufrido” …que cuando yo fui niña, tenía más obligaciones que tú” …tuve una niñez muy difícil” …tienes el privilegio de tener todo lo que yo no tuve a tu edad” Y así se nos podría pasar mucho tiempo buscando siempre su consideración. Consciente o inconscientemente, nos colocamos en el centro de la atención, restándole importancia y tiempo a lo que ellos quieren o lo que sienten acerca de la forma en que los estamos criando.
Los niños también necesitan hacerse oír: Muchas madres, especialmente las solteras, no tenemos un horario específico de cuando el día empieza o termina. Sin embargo, debemos o deberíamos tratar de bajarnos al nivel de nuestros hijos, intentar ponernos en sus zapatos, tratar de mirar atrás y recordar esos momentos en los que muchas veces pedíamos atención a gritos, un momento de charla con nuestros padres, un poco de comprensión y atención a esas cosas que para los adultos carecen de importancia pero que para los niños son muy importantes, así también para el adolescente, como su “primer amor”, “la comedia de teatro” en la que participará muy pronto.
Meditemos acerca de esto: ¿Sabemos de sus miedos y sus temores? ¿Sabemos de sus complejos, si alguno? ¿Conocemos a sus amigos y las costumbres de estos? Dediquemos tiempo de calidad a nuestros hijos: Es una lástima que amando a nuestros hijos y siendo lo más importantes para nosotras, muchas veces tengamos que delegar sus cuidados a familiares o amigos porque tenemos que dedicar tiempo a proveerles sus necesidades básicas.
Esto no implica que nuestros hijos no nos importen o que no les amemos de corazón, pero algunas tenemos horarios que imposibilitan estar siempre con ellos, trabajos a los que atender y horarios complicados. Pero sin importar cuanto es el tiempo que realmente logramos dedicarles, que al menos sea de calidad, ofreciéndonos la oportunidad de comunicarnos y conversar con ellos. https://www.todamujeresbella.com/11018/escuchemos-a-nuestros-hijos/