Si en la zona afectada hay heridas o cortes, nunca se debe masajear; las heridas pueden lavarse con manzanilla, pues desinflama y destruye gérmenes que provocan infecciones.
Para los abscesos cutáneos, que se producen cuando las glándulas sebáceas o las sudoríparas se infectan y los folículos pilosos se inflaman, se recomienda la lavanda y la mirra; esta última, junto con el geranio, también es eficaz para limpiar heridas infectadas.
Las infecciones en las vías urinarias, como la cistitis, se puede aliviar con esencia de bergamota o con manzanilla. La bergamota es una naranja amarga, de un árbol pequeño de hojas largas, lisas y ovaladas, con aromáticas flores blancas. El aceite que se extrae de la corteza del fruto es un excelente fungicida. Fortalece el sistema inmunológico.
Para el catarro es bueno el incienso; el resfriado común puede tratarse con eucalipto, naranja, menta o romero.
La temperatura del cuerpo es un excelente sistema de defensa del organismo para eliminar toxinas. Cuando sube demasiado puede provocar problemas importantes y es uno de los síntomas más alarmantes de una enfermedad.
Hay algunas esencias que ayudan a bajar la fiebre porque hacen sudar y se eliminan así cantidad de toxinas. Los aceites esenciales en estos casos son, entre otros, la albahaca, el jengibre, la lavanda y el romero. En el caso de que se produzca un ascenso peligroso de la fiebre se recomienda verter una gota de aceite de eucalipto, menta o lavanda en agua fría y aplicar compresas empapadas en este líquido.