Revista Diario

Esos raros flequillos nuevos

Publicado el 12 marzo 2014 por Rutinacortadaacuchillo @RCACoficial

— Todas las mañanas pienso en que quiero llegar a tiempo al trabajo y siempre termino llegando tarde. Te juro que lo intento —me escribe mientras camina apurada por avenida Santa Fe.

— A mi me pasaba igual. Tengo serios problemas con la cama.

— Hoy quería llegar a las ocho. Y van a ser las nueve y veinte y estoy en camino. Pero viste que mentalmente te re esforzás.

— Yo me juraba que iba a llegar temprano. Al principio llegaba en hora. Después se fue todo al carajo y aparecía cuando podía.

— Me pasa lo mismo. Al principio te sentís medio que sos una mierda. Pero con el tiempo te acostumbras a ser mierda o mejor dicho a que todo te resbale.

— La vida esta hecha para levantarse tarde —le tiro.

— Me gusta esa frase. Pide gráfica.

— Me gusta.

— ¿Cuando nos volvimos una mierda? Tiene que haber habido un punto de inflexión —me hace una pregunta picante, de las que me hacen pensar en serio.

— El mio lo se —le digo medio abatido. Fue el siete de octubre de dos mil doce. El día que te reenvié el primer powerpoint de los religiosos que me manda mi tía. Cuando le di enviar supe que ahí me había convertido en un sorete. No hay dudas que ese día marcó un antes y un después en mi vida.

— Para mi ese día fue genial. No podía parar de reírme. Porque siempre pensé que los powerpoints de tu tía eran un mito, como los Reyes Magos.

— Todavía me siento un poco sorete cada vez que me llega un powerpoint y lo primero que hago es reenviártelo. Ni me gasto en abrirlo, solo reenvío. Eso no está bien.

— ¿Y yo cuando me volví una mierda?

— No se. Capaz cuando te empezaste a juntar conmigo. Pará. Capaz cuando abrimos el blog. Puede ser eh. Antes eramos más normales creo.

— ¿Vos decís? —dice poco convencida.

— Que se yo. Vos deberías saber cuando te volviste sorete, no te lo puedo decir yo. Es algo interno.

— Ayer tenía un pensamiento para compartir con vos. Estaba en el Coto, que me conoce, y una imagen se me cruzó: Los turistas se creen impunes a la moda.

— Sí, es una verdad absoluta.

— La mina que me cruce tenía sandalias(las odio) con medias de toalla negras. Pantalón polémico y un polar de colores estrambóticos —y acá es cuando se empieza a enojar.

— Disculpame, pero sandalias con medias es lo más. Y te voy a explicar por qué. Lo que pasa es que a algunos se nos humedecen las medias en invierno, se nos mojan los pies usando zapatillas. No se si es por algo del cuerpo o por la humedad. Bueno, la cuestión es que las sandalias con medias solucionan ese tema. Como los pies están ventilados no se humedecen. Entonces es más abrigado sandalias con medias que zapatillas.

— Es un horror.

— Es la impunidad.

— ¿Decís que me haga flequillo recto o no? ¡No rolinga eh! Flequillo recto copado. Es un dilema que tengo.

— ¿Tilinga? —y cuando le doy enviar me doy cuenta del error que acabo de cometer.

— No. Tilinga never. No tendré gas, no tendré plata, seré pelusa, ¿pero tilinga?

— Jaaaaa.

— Me ofendés. Que manera de dar la nota, de volverte hijo de puta en un segundo. ¿Con que necesidad?

— Vos tirame ejemplos. ¿Cómo quién? —trato de arreglar la situación haciéndome el que entiendo del tema.

— ¿Qué ejemplos querés que te de si no conocés a nadie famoso? Tu conocimiento de la farándula es casi nulo.

— Tenés razón.

— Ni Spinetta, ni Aristimuño, ni Fernando Cabrera, ni Kevin Johansen, ni Jorge Drexler, ni José Saramago, ni Hernán Casciari tienen flequillo.

— Bueno no se, dame un ejemplo de un jugador de fútbol.

— ¿¡Quién me manda preguntarte!? Como el del loco Gatti. Sí, igual a él.

— Te va a quedar bárbaro.

la vida


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