Espanto

Un miedo lívido,
miedo coral
que es muerte, multitud
y sueño
sueño que apesta y no duerme
que sueña con los míos
y recita los días en que fue feliz
dos estrofas de tu cuerpo
y los viejos temblores
así en la mañana,
así
tibio vuelve
lleno de espanto
y avergonzado,
tu rostro suave de ayeres
y la tarde
una tarde ya sin cuerpo
que de apoco se hace noche
que se arrastra pegajosa en mis venas.
Todo es lejanía
herrumbre del tiempo
chirriando pasados
ensordecedores
en mi puerta y en tu alma
y golpean y a pesar de los golpes
ya no abro
todo está del otro lado,
miedo
miedo a los que gritan
es que los gritos duelen y todo se cierra,
Todo, hasta el sol.
Rubén Callejas