Rávena es una ciudad pequeña que está en la provincia de Emilia Romagna en Italia. No se encuentra entre las ciudades más visitadas pero es un centro muy interesante pues podemos leer su historia en el patrimonio que conserva.
Os voy a recomendar una ruta por los mosaicos de Ravena explicando brevemente la historia que los envuelve.
Empecemos por la Iglesia de San Vital donde se encuentran en mi opinión los más bellos mosaicos de la ciudad. Este complejo fue encargo de un rico de la época de Justiniano, allá por el año 545. En el 540 Belisario conquistó Rávena para el emperador romano de oriente, Justiniano. Rávena se convirtió en sede del gobernador bizantino, el exarca. Con la conquista de Justiniano vuelve la ortodoxia cristiana a la ciudad que hasta el momento estaba bajo el cristianismo arriano. Este es el hecho que celebra San Vital con sus mosaicos, la vuelta a la ortodoxia cristiana, por eso la presencia de Justiniano y su esposa Teodora participando de la liturgia.
En un lateral del ábside encontramos escenas de Abraham, el primer patriarca, a la izquierda Abraham recibiendo a los tres ángeles y a la derecha el sacrificio de Isaac.
Frente a esta escena encontramos la de Abel y Melquisedec haciendo ofrendas a Dios. Los dos personajes representan prefiguraciones de Cristo, es decir anteceden a Cristo anuncian su llegada. Abel es pastor igual que Cristo es pastor de almas, Abel también murió injustamente y era "elegido" por Dios...
En Rávena se pueden visitar dos batisterios con mosaicos uno de ellos pertenece a la tradición arriana mientras el otro es ortodoxo.
El batisterio ortodoxo es el de la catedral de Rávena. Data del siglo V, es el batisterio más antiguo mejor conservado y nos habla del ritual que siguieron los primeros cristianos. Se compone de una planta octogonal lo que es común en los batisterios desde los más primitivos pues los ocho lados corresponden a los 7 días de la creación más uno simbolizando la resurrección y la vida eterna, el siete es el tiempo terrenal, más uno sería lo infinito o lo divino.
En el centro hay una pila bautismal a modo de piscina. En aquel tiempo se reunían los catecúmenos para bautizarse en ceremonias de grupo, las personas, no niños, iban pasando y se sumergían en la pila. En estos tiempos las personas debían prepararse intelectual y moralmente para recibir el bautizo.
El edificio se cubre con una cúpula con mosaico con la escena del bautismo de Cristo. Se mezcla la iconografía cristiana con la clásica romana como veis con una figuración del río Jordán.
Ahora os pongo la imagen de la cúpula del Batisterio arriano,
Iconograficamente no representa ninguna diferencia. Sin embargo fijaros, la corriente arriana no cree en la trinidad y como veis aquí ésta está representada por el espíritu santo, la paloma. Hay historiadores que creen que la iconografía arriana pudo ser destruida por los ortodoxos que consideraron el arrianismo una heregía.
San Apolinar nuevo fue construido por Teodorico en el 505 para el culto arriano. Teodorico fue un rey ostrogodo, venció a Odoacro quien a su vez había vencido a Rómulo Augústulo con quien cayó el imperio romano de occidente. Teodorico se proclamó, en Rávena, rey de Italia y su religión era el cristianismo arriano.
Los mosaicos de San Apolinar son de varias etapas, los hay de la etapa de Teodorico y de la de Justiniano. Los más llamativos son los de las procesiones de mártires y vírgenes encabezados de un lado por el palacio de Teodorico y desde el otro por el puerto de Classe. Si visitais San Apolinar fijaros en el palacio de Teodorico, parece como si se hubieran borrado algunas figuras dentro de el palacio. Seguramente se tratase de Teodorico y su corte y serían borrados en época de Justiniano.
En Rávena se puede visitar además el mausoleo de Gala Placidia, la tumba de Dante, el mausoleo de Teodorico y cogiendo un autobús podeis visitar la Basílica de San Apolinar en Classe del siglo VI también con magníficos mosaicos.