No eres eterno. No lo eres por pensar distinto a los demás, por la firmeza de tus ideas. Poco importa si agotas todas las explicaciones y argumentos. Te esperan siempre los estúpidos rostros de incomprensión.
No funcionan los manuales del buen ciudadano, no encajan en nuestra naturaleza. Odiar todo lo banal y lastimero, sucias lenguas marrones conformistas. Sé firme, aíslate en el propósito de comprender una realidad que nos disgusta, que resulta difícilmente soportable.
No existe la suerte, son sólo decisiones. El destino no tiene truco, no hay cartas marcadas. El cronómetro sólo retrocede y ya no hay nada mejor para recuperar la vitalidad que la rabia. Nada mejor y el único camino.
No eres único, no eres especial.