Espejito, espejito…

Publicado el 17 julio 2013 por Marga @MdCala


Al tiempo que os deseo un verano muy feliz, quiero compartir con vosotros un enlace realmente interesante sobre las neuronas espejo. En él se explica el fenómeno de la empatía, o de la falta de ésta a la hora de desenvolvernos socialmente, y su repercusión en nuestra vida.  También aprovecharé para soltar algo de lastre emocional, antes de volver al “curso” en septiembre.

Yo, que me considero bastante empática, a veces no sé cómo manejar ciertas emociones “enquistadas” en algunas personas. Es difícil entender que una persona prefiera -sistemáticamente- permanecer triste, negativa, aislada u obsesionada por una idea o situación. Me resulta complicado aceptar que alguien elija voluntariamente perder a otra persona, presuntamente  importante para él, con tal de mantener el orgullo en alto y no dirigir la palabra a su pareja. No comprendo a los individuos que se sienten protagonistas absolutos de todas las historias que leen y conocen. Tampoco sé cómo alguien puede concluir que porque ella/él se considere “ladrón”, todos deban ser de su misma condición…
Dicen que cuando estamos enfadados es cuando decimos lo que verdaderamente pensamos, y si es así, me resulta decepcionante haber iniciado -siquiera- relaciones con determinadas personas. Algunas sentenciaron que les mentía cuando no era así en absoluto; otras -obstinadas- decidieron que usurpaba personalidades diferentes, cuando no existía nada más lejos de la realidad;  alguno creyó una única versión sin preocuparse de que existiera otra que -sólo tal vez-  fuera la cierta; y a otros -sencillamente- no les funcionan las neuronas espejo, porque jamás se han preocupado de averiguar qué pueden pensar o sentir los demás.
Llevo en la mochila varias desilusiones graves, pero por fortuna insisto en dejarme guiar por esas inteligentes neuronas empáticas que prefieren imitar a las personas positivas, honestas, alegres, constructivas, con intención de felicidad; a las que siempre ven el vaso medio lleno y luchan porque lo esté totalmente, sin que ninguna gota lo colme… A las que no se ahogan en él, lloriqueando constantemente por problemas inexistentes. A las generosas, a las que carecen de hipocresía y doble moral. A las que anteponen el bien común, a la mezquindad individual. A las que son, en lugar de a las que aparentan ser.
Aparto el ego, y dejo que mi memoria me muestre todo: lo bueno y lo malo que haya podido hacer en la consecución de esos fracasos personales, y acepto que algo de responsabilidad he debido tener, tal vez por ser demasiado sincera en mis actuaciones, o por decir o escribir lo que pensaba sin ponderar las consecuencias. Ojalá otras partes implicadas pudieran verse en el espejo con esta misma valentía y claridad. Sin anonimatos o nombres falsos.
En cualquier caso, las cosas siempre son -finalmente- como deben ser, y cada uno de nosotros determinamos nuestro presente y futuro con los actos que hemos ido realizando a lo largo de nuestra vida. Somos los únicos responsables si, como he dicho antes, tenemos el arrojo y las agallas de mirarnos sin la compañía del ego que todo nos lo perdona y transforma.
Nos seguiremos leyendo, espero. Un abrazo lleno de empatía, confianza y positividad para todos.  
¡¡ FELICES VACACIONES !!