Todo estaba mal, todos eran culpables,
ya que si miraba el pasado veía esas faltas
y carencias y si era en presente,
las veía, también, multiplicadas.
Ante esto ¿qué futuro se presentaba?
si todo estaba mal, si aparentemente la vidano tenía sentido, ¿para qué seguir?,
¿por qué luchar?
Hasta el sueño parecía que molestaba
y no era posible dedicarle un segundo más.
Su boca escupía odio y bilis
en un acto de protesta.Traté de escuchar un rayo de esperanza
en el sonido hiriente
y no lo encontré.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/18