Hectáreas de árboles siguen siendo eliminados por la avidez humana o por caprichos perversos pero vaticinados de la naturaleza. Casi todo el área del territorio norcoreano sigue siendo víctima de tifones durante el verano y muchos de los arbustos se desgastan ante la inmensa cantidad de aguas salvajes. La reacción del régimen norcoreano suele ser tardía y los afectados no tienen más remedio para apoyarse en los vecinos y familiares para la supervivencia. Al no ser libre el flujo migratorio en el interior de Corea del Norte, muchos no son capaces de reconstruir con sus fuerzas ante el panorama de lo sucedido. No consiguen levantarse la cabeza. "¿Cómo consigo asentar todo lo perdido? No se que le pasa a la naturaleza que es pérfida con nosotros".
La tala de árboles es una práctica muy extendida durante el invierno en pueblos donde la leña es un material esencial para derrotar el frío. La moderación o el aviso de las instituciones son diminutos o casi inexistentes para conseguir leñas en grandes cantidades. Cualquier tipo de madera es suficiente para no tiritar del frío. Otro de los problemas es que la expansión excesiva de territorios para el uso exclusivo de la agricultura (por un plan elaborado por el régimen desde los años 70) hace que muchos de los arbustos sean desaparecidos en diversas zonas de Corea del Norte. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO) advierte que la ausencia de las zonas verdes podría traer consecuencias negativas causando víctimas humanas a corto plazo.
Por ejemplo, en Corea del Sur cada 5 de abril (día del árbol), millones de niños y adultos se organizan para plantar el árbol en los montes o en las ciudades del país. Aunque la historia de la plantación de arbustos tuvo su origen siglos anteriores, la idea se fortaleció después de la Guerra de Corea. Las tierras estaban inundadas de balas consumidas, de familias divididas y de polvos infinitos que tardaban en desaparecer. El esfuerzo de los ciudadanos hizo que en la actualidad casi el 80% del territorio surcoreano son áreas verdosas. La implantación de dicho programa podría beneficiar enormemente también al territorio norcoreano, siempre y cuando la voluntad de los altos cargos tenga una contestación afirmativa.